El régimen de Daniel Ortega ha vuelto a dar otro paso en su persecución a la Iglesia Católica en Nicaragua. El 20 de diciembre fue detenido por las fuerzas de seguridad el obispo de la diócesis de Siuna, Isidoro Mora, después de que hiciera referencia al obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión. “Este obispo es el de la diócesis de Siuna, que es la diócesis vecina de la diócesis de monseñor Álvarez, que es Matagalpa. Él fue justo antes de Navidad a Matagalpa, y en una misa pidió por el obispo Álvarez, y fue apresado por las fuerzas de seguridad”, cuenta a COPE el dirigente opositor nicaragüense Juan Sebastián Chamorro, ahora en el exilio. “Me imagino que lo que van a hacer es condenarlo por difamación, uso de información en contra de la seguridad nacional y ese tipo de cosas”, señala Chamorro, quien añade que “monseñor Isidoro Mora fue detenido junto con otros seminaristas, y también el vicario de la iglesia de la catedral de Matagalpa ha sido arrestado y no se sabe el paradero”.

Este opositor nicaragüense, que pasó 20 meses en prisión en su país, asegura que “en términos políticos, Nicaragua va caminando hacia Corea del Norte. Ese es el régimen que uno puede ver como más cercano al modelo de Ortega, con un aislamiento total de la comunidad internacional, desconocimiento del orden mundial, menosprecio a Naciones Unidas”. Afirma que “en lo interno, hay una represión sin límites; ahora tenemos el segundo obispo de la Conferencia Episcopal preso y esto es una clara muestra de que la represión en contra de la Iglesia Católica no va a disminuir. Ortega está echando preso a cualquier tipo de agrupación que se dedique a predicar la palabra de Dios”. “La Iglesia era la única voz que quedaba en Nicaragua. En todas las iglesias hay espías sandinistas grabando los sermones. Si hay algún sacerdote que dice algo, es denunciado a las autoridades y cae preso al día siguiente”, dice Chamorro.

Juan Sebastián Chamorro fue uno de los candidatos a la presidencia detenido meses antes de que se celebraran las últimas elecciones en este país centroamericano. Explica que en Nicaragua el presidente Daniel Ortega ha impuesto “una represión interna muy fuerte en contra de sus propios seguidores. Recientemente, fueron condenados a cuatro años de prisión funcionarios del poder judicial, que ha sido el instrumento que nos condenó a nosotros a 13 años de prisión. Estamos viendo lo típico de estas dictaduras totalitarias, donde ya no se escapan ni siquiera los mismos seguidores de Ortega”. A su juicio, “la dictadura ha entrado en un proceso de descomposición interno. Cuando ya se empiezan a matar entre ellos, a echarse presos entre ellos mismos, empieza a generarse más temor en las filas de ellos mismos, y eso -creo yo- lleva eventualmente a su término. Creo que Ortega con toda esta represión está cavando su propia fosa”.