¿Son buenos? ¿Son positivos los datos que arroja el mercado laboral al cierre del mes de marzo? Lo son en la medida en que baja el número de parados. Lo son en la medida de que con el motivo de las fiestas, del descanso de la Semana Santa, hay personas que salen de los Expediente de Regulación de Empleo y se incorporan de nuevo al mercado laboral.

Ahora bien, estamos muy cerca de los cuatro millones de parados y hay muchas personas en un limbo, esperando que se resuelva su situación porque están en un ERTE y estamos muy lejos en empleo de los niveles pre-covid. ¿La consecuencia? O recuperamos con mucha rapidez el ritmo de actividad de hace un año o habrá que revisar a la baja las previsiones de crecimiento del ejercicio. La consecuencia habrá que retocar, a la baja también, el nivel de ingresos.

Por eso a Nadia Calviño no le gustaban, antes de que los conociéramos, la letra pequeña en los datos del paro, porque retocar los ingresos a la baja significa que hay que recortar los gastos o subir los ingresos. Pueden aparecer nuevos impuestos pero ya hay pocos sitios donde meter la mano en el bolsillo. Lo lógico es que haya que recortar el gasto más de lo previsto y empiezan los tijeretazos. Ahí empezarán los lamentos.