El testimonio de una mujer que perdió la pierna en el terremoto de Lorca: "No cerraba los ojos, quería vivir"

Mari López ha contado en 'El Cascabel' su historia sobre el terremoto de Lorca durante el cual se le cayó una cornisa en la pierna al salir de la peluquería en la que trabajaba

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Mari López tenía 36 años y trabajaba en una peluquería en Lorca cuando sucedió todo. El 11 de mayo de 2011, en el segundo temblor que tuvo lugar en el conocido terremoto que sacudió el municipio, Mari salió corriendo del local cuando, en ese momento, se le cayó una cornisa en la pierna. Esto le causó unas heridas tan graves que le tuvieron que amputar la pierna finalmente.

Fue un momento muy duro, unas sensaciones de incertidumbre, de encontrarme herida. Muy complicado. Lo primero que quería era quedarme aquí cuando vi la herida y cómo tenía la pierna, no quería cerrar los ojos porque quería seguir aquí”, explica en 'El Cascabel' de TRECE Mari, madre de dos hijos.




"Me quedo con la solidaridad de la gente en estos diez años"

El apoyo personal siempre ha estado, mi familia, antes, ahora y siempre. Los vecinos, amigos, la solidaridad de la gente. En estos 10 años mucha gente me ha ayudado, porque no hemos tenido derecho a indemnización ninguna. Cáritas, Cruz Roja, el cantante Huecco también. Siempre hay luz después de mucha oscuridad. La solidaridad de la gente es con lo que me quedo”, es la lección que predica Mari López tras sobrevivir a una complicada intervención en la que los médicos tuvieron que amputarle la pierna para sobrevivir a las graves heridas que le causó la cornisa.

Rondaban las 7 de la tarde cuando comenzó todo. Dos temblores seguidos de réplicas que no paraban de aterrorizar a los vecinos y periodistas que grababan como podían. La cúpula de la torre de la Iglesia Virgen de las Huertas fue un ejemplo más del desastre. 9 fallecidos, más de 300 heridos, 24 mil personas desalojadas de sus casas. Y unas imágenes impactantes.

Al día siguiente, Lorca sonaba a camiones militares y ambulancias. Ciudadanos atónitos se paraban ante los coches sepultados por escombros, también se sentaban en los bordillos junto a grandes bolsas de plástico con los enseres que habían salvado. Edificios en ruina. Rótulos de las tiendas, mezclados en el suelo con cables, farolas, ladrillos, asfalto. Entre medias, militares y bomberos con hachas, y técnicos evaluando las estructuras que quedaban en pie.

En la actualidad esas 24.000 personas desalojadas ya viven en sus casas. Solo 6 familias permanecen en barracones por la ilegalidad que tenían sus viviendas cuando se destruyeron. Más de 1000 millones es lo que ha costado que se haya reconstruido el 99% de los edificios de viviendas; se han renovado 20 barrios y también el 99% de los monumentos afectados.