SANTORAL 5 JUNIO

El santo que revitalizó la fe de Roma a base de oración, caridad y sentido del humor

San Felipe Neri vivió una entrega que convirtió a muchos. Lo hizo a através del apostolado de la caridad, de la fe y de la alegría

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La Pascua es un periodo en el que se llena el ser humano de alegría muchas veces contenida. Es el cumplimiento del Maestro que en el Cenáculo les dice a los Apóstoles que les cuenta todo eso para que su alegría esté de forma permanente siempre. Hoy, en el marco del gozo del VI Domingo del Tiempo Pascual y de la Pascua del Enfermo,  celebramos a San Felipe Neri. 

Nacido en Florencia el año 1515, pronto morirá su madre, pero su madrastra cuidó de él y de sus tres hermanos con verdadera ternura. Joven virtuoso y con un verdadero espíritu de recogimiento y oración, tras un tiempo de prueba como comerciante, se siente tocado por la Gracia de Dios, estableciéndose en Roma. Allí, se hospedará en casa de un mercante, siendo un verdadero aliciente espiritual y humano para toda su familia. Por un tiempo se dedicó a la oración y al estudio.

Sin embargo, un día dejará los libros para consagrarse al apostolado en la Ciudad Eterna donde la relajación de costumbres espirituales y humanas requería una renovación profunda desde el Evangelio. Su labor dio pronto los frutos esperados con innumerables conversiones y vueltas a Dios, después de una vida abandonada. La inquietud por marchar de misionero a África, no llegó a cuajar, permaneciendo en Italia donde, tras ordenarse sacerdote, con un grupo de hermanos presbíteros, funda la Congregación del Oratorio.

La Oración y el canto son las constantes del nuevo carisma, a las que se unía también las obras de caridad. Y es que si por algo se caracterizó siempre Felipe Neri fue por su alegría y sentido del humor, descubriendo la alegría del Señor al entregarse por nosotros. Estas realidades que le acompañaron hasta su muerte ocurrida en 1595, le alcanzaron la Santidad de vida.

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