Santoral

El Santo del día: San Jerónimo, perito de las Sagradas Escrituras

La Palabra de Dios es el Camino para llegar al Señor. Esta ha sido la clave en la vida d elos Santos. En este último día de septiembre, hacemos memoria de San Jerónimo, Presbítero y Doctor de la Iglesia, perito en las Escrituras. Nace en Dalmacia en torno al año 340. Sus padres son de buena posición y quieren que su hijo tenga altos vuelos en la preparación cultural y humanística. Precisamente Roma será la ciudad que le vea estudiar, pero también allí se hará bautizar por el Papa Liberio, abrazando la Fe cristiana.

Así vive en una situación de total obediencia a la voluntad de Dios, que le guiará hacia Oriente, donde entrará en la vida monacal, ordenándose sacerdote, entre otras cosas para templar su duro carácter. Y es que se ponía mucho en las manos de La Providencia porque su forma de ser le llevó a disgustar a San Ambrosio, San Basilio y San Agustín, aunque, no obstante, siempre se salvaguardó la amistad entre ellos.

Posteriormente, el Papa San Dámaso le trajo de regreso a Roma para nombrarle secretario y, dado su conocimiento de las lenguas clásicas, le encomendó una importante tarea: Traducir la Sagrada Escritura del hebreo al latín, labor que realizó con gran acierto. Es la denominada Vulgata. Su anterior vida monacal, le impulsa a colaborar en la difusión del monacato en Occidente. Una cosa le quedaba por entonces pendiente: terminar la traducción de la Sagrada Escritura al latín.

Para ello, se retira a Belén, donde empezará una vida de austeridad y penitencia. Durante este periodo dejará grandes escritos de gran reflexión en torno a la Palabra de Dios, además de otros de gran profundidad científica y teológica. San Jerónimo muere en el año 420. Según los Padres de la Iglesia y Escritores Eclesiásticos, es evidente que si este hombre tvo que hace esta magna obra, tuvo que profundizar mucho en la Palabra de Dios. Por ello, es el mejor conocedor de la Sagrada Escritura.

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