SANTORAL 12 ENERO

El hombre que levantó la fe de Inglaterra con ayuda de San Pedro y San Pablo

San Benito Biscop viajó varias veces a Roma, patria de la fe, para renovar su fe y traer sus frutos a Inglaterra. Su historia, en el santoral de hoy

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Recuerda un viejo cántico: "Nos envías por el mundo a anunciar la Buena Nueva. Mil antorchas encendidas y una nueva primavera". La venida del Señor en la humildad de nuestra carne, como seguimos meditando, estos días es una manifestación para que nosotros también nos mostremos por esas obras de misericordia que nos han de manifestar a los demás creyentes en el Dios que ha Nacido y que quiere entrar en el corazón de todos los hombres. Esta luz de la fe fue la que llevo por muchos sitios el Santo de hoy: San Benito Biscop.

Su nacimiento se sitúa en la corte del rey Oswy de Northumbria en el 629. A los 25 años experimenta la llamada a retirarse del mundo. Para una mejor preparación, marcha a Roma a los pies de los Apóstoles Pedro y Pablo, columnas de la Iglesia, empapándose bien de los principios de la Fe y de las obras de piedad. A su vuelta profundizará en el estudio de la Sagrada Escritura.

Cuando Egfrido, hijo de Oswy, le pide que le acompañe a la Ciudad Eterna, él lo hará gustoso, viendo la manera de renovarse en las virtudes cristianas. Posteriormente, entrará en el Monasterio de Lerins, vistiendo el hábito religioso. Por tercera vez viajará a Italia, pensando quedarse allí definitivamente, pero el Papa Vitaliano le encarga que retorne a Inglaterra, para ayudar a Teodoro de Tarso, Arzobispo de Canterbury, y a Adriano en la atención a los anglosajones conversos a la Fe.

El rey, entusiasmado por su tarea, le concede diversos terrenos en los que edificará monasterios, viajando alguna vez más a Roma para perfeccionarse en sus estudios sobre la Fe y la vida de piedad. También logrará implantar el espíritu del canto gregoriano, el ceremonial romano y la liturgia, levantando la vivencia religiosa del país. Muere el año 690.

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