Santoral

Domingo de Ramos, el inicio que desembocará en la Pascua

Al cumplirse la Plenitud de los tiempos envió Dios a su Hijo nacido de Mujer, nacido bajo la ley, para rescatar a los que estaban bajo el peso de la ley. Así recoge la Carta a los Hebreos lo que dicen las Viejas Profecías del Antiguo Testamento. Hoy se cumple una de esas Profecías, concretamente de Zacarías. Él presenta a Jerusalén contemplando a su Rey Justo y Victorioso, montado en un asno, en un pollino de borrica, porque hoy es Domingo de Ramos. Con él se abre la Semana Santa.

Esta abarca los Misterios Centrales de la Fe, que se iniciaron con su Solemne Entrada en la Ciudad Santa. Tal y como cuentan los cuatro evangelistas, según subían a la Fiesta Jesús mandó a dos de sus discípulos a la aldea de enfrente en busca de un pollino atado a su madre. Cuando lo estaban desatando algunos de los presentes les recriminaron que cogiesen la caballería. Ambos apóstoles, asesorados por el Maestro les dijeron el motivo y se lo permitieron.

Cuando empezó en Betfagé a subir, miles de personas le aclamaron con ramos y palmas, al grito de “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!” y “¡Hosanna!”. Los fariseos salieron a pedirle que les impidiese gritar en el Templo, a lo que Él contesto que “si estos callan, gritarán las piedras en su lugar”. Benedicto XVI en su libro “Jesús de Nazaret” resalta que quienes salían a alabar al Enviado de Dios, no tenían que ver nada con los habitantes de Jerusalén que pidieron la muerte de Cristo cinco días después.

Antes de la Celebración Eucarística se hace la Procesión Litúrgica de la misma forma que entraron aclamando con cánticos al Mesías. Y dos liturgias salen a la luz. Por un lado la Iglesia de Jerusalén por la que se lee el Evangelio de la Entrada en la Ciudad Santa con toda Solemnidad. También se acoge la Liturgia Romana que invita a leer la Pasión para recordar que comenzamos los días Gloriosos de su Misterio Pascual.


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