SANTORAL

San Felipe Neri

Comentado por Jesús Luis Sacristán 

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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La alegría marca el sentido de estar siempre con el Señor como anticipo de la recompensa que nos espera un día en el Cielo. Hoy celebramos a San Felipe Neri. Su vitalidad le hizo un gran apóstol de la alegría del Señor Resucitado. 

Nacido en Florencia el año 1515, pronto morirá su madre, pero su madrastra cuidó de él y de sus tres hermanos con verdadera ternura. Joven virtuoso y orante, tras un tiempo de prueba como comerciante, se siente tocado por la Gracia de Dios, estableciéndose en Roma. 

Allí se hospedará en casa de un mercante, siendo un verdadero aliciente espiritual y humano para toda su familia. Por un tiempo se dedicó a la oración y al estudio. Sin embargo, un día dejará los libros para consagrarse al apostolado en la Ciudad Eterna donde la relajación de costumbres espirituales y humanas requería una renovación profunda desde el Evangelio. 

Su labor dio pronto los frutos esperados con innumerables conversiones y vueltas a Dios, después de una vida abandonada. La inquietud por marchar de misionero a África, no llegó a cuajar, permaneciendo en Italia donde, tras ordenarse sacerdote, con un grupo de hermanos presbíteros, funda la Congregación del Oratorio. 

La Oración y el canto son las constantes del nuevo carisma, a las que se unía también las obras de caridad. Y es que si por algo se caracterizó siempre Felipe Neri fue por su alegría y sentido del humor. Realidades que le acompañaron hasta su muerte ocurrida en 1595. Es coetáneo de San Carlos Borromeo o San Ignacio de Loyola.

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