Madrid - Publicado el
1 min lectura
Una de los principales predilecciones de Dios son los enfermos. Así lo debió sentir en su corazón San Camilo de Lelis al que celebramos hoy. Nacido en Abruzos (Italia), en el año 1550, su madre murió pronto y su padre fue muy rígido en su formación ya que estaba alistado en el ejército.
En los primeros años de la juventud, quiere seguir la carrera de su padre y se hace militar. Pero viene una dolencia que le hace retirarse. Para salir de este momento es ingresado en el Hospital de Santiago.
Durante este periodo se va recuperando y repara en los enfermos que tiene a su alrededor a los que atiende con esmero y dulzura. Sobre todo porque ese lugar recogía a enfermos terminales o que no tenían esperanza para salir adelante.
Tras intentar ingresar en un Convento Franciscano marcha de nuevo al Hospital de Santiago. Allí fue nombrado Asistente General, mientras se reponía. Pronto contactaría con San Felipe Neri, al que tomó como Director Espiritual en su camino hacia el sacerdocio.
Cuando comprueba que los hospitales no dan abasto para acoger a los enfermos en Roma, funda los Camilos, también llamados “Siervos de los Enfermos”. Sobre todo le preocupaba que, además de esa falta de alojamiento, se unía la mala atención todos los que sufrían, necesitados más que nadie de comprensión y cariño.
Por eso el lema de su Fundación es: “Tened, caridad, más caridad, mucha caridad con los enfermos”. San Camilo de Lelis muere en el año 1614. Su carisma se extiende por muchos lugares y partes del mundo. El distintivo que le identifica a la Orden es una Cruz de color rojo en la parte del corazón.