SANTORAL

San Ambrosio de Milán

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el

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 Hoy, estamos en el II Domingo de Adviento. Es el domingo en el que aparece Juan Bautista. El hijo de Zacarías e Isabel ha estado en el desierto retirado y ahora va al río Jordán pidiendo preparar el camino al Señor como ya escribió el Profeta Isaías en el Antiguo Testamento. 

Así lo predica al pueblo que acude a recibir el agua de un bautismo que es sólo prefiguración del que instituya Cristo. Los fariseos sólo van a espiar y el Bautista les desenmascara. También hoy celebramos a San Ambrosio de Milán. Su preparación a la Fe le hizo recorrer un camino de conversión para bautizarse. 

Nace en Tréveris (Alemania) el año 340. De familia noble, su padre era Prefecto de Las Galias. Pronto marcha a Roma a cursar estudios. Gobernador de Liguria, cerca de Milán, tras un periodo de preparación a la Fe es designado obispo de la Sede Milanesa. 

Su designio fue por la aclamación del pueblo fiel porque un niño de repente gritó “Ambrosio obispo”. Fiel cumplidor de su ministerio, su elocuencia cala en el corazón de muchos. Entre ellos, en el de un joven llamado Agustín, que sentirá la llamada a la conversión después de oír a Ambrosio. Él había consolado a Santa Mónica cuando le expuso muy afligida su problema. 

De hecho le dijo: “Un hijo de tantas lágrimas no puede perderse”. Defiende con sus escritos la Fe, luchando por los derechos de la Santa Madre Iglesia. Tenía también una buena base de Sagrada Escritura, Teología y Liturgia. San Ambrosio de Milán muere el año 397 y es uno de los principales Padres de la Iglesia Latina.  

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