SANTORAL

Sábado Santo

Comentado por Jesús Luis Sacristán

Jesús Luis Sacristán

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Hay días en los que todo parece estar en silencio y en soledad. Pero esa ausencia de palabras dice mucho. Hoy es Sábado Santo. La Iglesia vela en silencio junto al Sepulcro de Cristo a la espera de su Resurrección. Es un silencio sepulcral que no dice mucho; lo dice todo en cuanto al sentimiento de los cristianos. 

La primera celebración de esta jornada es el Descenso de Cristo a los Infiernos. Ya lo reza uno de los artículos del Credo cuando proclamamos nuestra Fe. Cristo baja a las tinieblas para encadenar, en primer lugar, al demonio. 

El maligno había arrebatado al hombre de las Manos de Dios en el Paraíso y ahora Cristo con el derramamiento de su Sangre en la Cruz nos había recuperado para Dios como ya lo había prometido el propio Señor en el Edén. Otro motivo es cerrar definitivamente el Seno de Abrahán. Jesús en la Parábola del rico y el pobre Lázaro pone al mendigo en ese sitio. 

Ese lugar era donde iban los Patriarcas y personajes del Antiguo Testamento que habían hecho el bien y estaban unido a Yavé. Pero como el Cielo estaba cerrado hasta que se cumpliese la Promesa de Salvación permanecían allí. Dado que ya había Muerto el Salvador, Él mismo bajó a sacar para llevarles a la Casa del Padre, cerrando definitivamente ese Lugar de Espera. 

El Sábado Santo es la Jornada Mariana por excelencia. El motivo es que los Apóstoles estaban asustados por lo que había pasado y no albergaban ninguna esperanza. Entonces la Virgen que todo lo meditaba y guardaba en su Corazón recordaba lo que el Señor decía de sus padecimientos y de resucitar al tercer día. 

Por eso cada sábado se dedica a La Madre. Así lo manifiestan miles de Procesiones con Virgen de La Soledad. Anteriormente este día se llamaba Sábado de Gloria y la Vigilia Pascual se adelantaba siempre a la mañana.

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