Jesucristo, Rey del Universo, Juez Justo y Misericordioso

El Culmen de la celebración de la Historia de la Salvación finaliza de forma muy especial. Y es que hoy, Domingo XXXIV del Tiempo Ordinario, y último del Año Litúrgico, celebramos la Solemnidad de Jesucristo Rey del Universo. La Escritura recuerda el sentido del Señor Jesús hacie el que confluyen todas las criaturas. El Apóstol San Pablo lo señala en sus Cartas. Cristo tiene que reinar hasta que haga de sus enemigos estrado de sus pies. El último enemigo aniquilado será la muerte.

Tened los mismos sentimientos de Cristo, el cual, a pesar de su condición divina no hizo alarde de su categoría de Dios. Al contrario. Se despojó de su rango, y tomó la condición de esclavos pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera se rebajó hasta someterse incluso a la muerte y una muerte de Cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el Nombre sobre todo nombre.

De modo que al Nombre de Jesús, toda rodilla se doble en el Cielo, en la tierra, en el abismo y toda lengua proclame: “Jesucristo es Señor, para Gloria de Dios Padre”. De esta forma, entramos en la Última Semana del Ciclo A donde se ha proclamado el Evangelio según San Mateo en la Misa Dominical. La celebración comienza en 1925 cuando el Papa Pío XI instauró la Fiesta. Fue al escribir la Encíclica “Quas primas” que abordaba la Figura del Señor como Razón de ser de todo.

Al principio se celebraba el último domingo de octubre, antes de la Solemnidad de Todos los Santos. Después del Concilio Vaticano II se trasladó al Domingo anterior al inicio del Adviento. Así se concluye el Año Litúrgico. El próximo sábado, con las I Vísperas dará comienzo el Tiempo de Adviento y un nuevo Ciclo Litúrgico. En esta ocasión el Ciclo B, en el que los domingos se proclama el Evangelio según San Marcos.