Ante la tiranía de la apariencia, una esperanza creíble y duradera

Un análisis de la carta dedicada a los jóvenes del arzobispo de Sevilla en la que dibuja su realidad y ofrece algunas claves para construir una vida con Dios

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Esta semana algunos medios se han hecho eco de la reciente carta dedicada a los jóvenes del arzobispo de Sevillaen la que analiza su realidad y ofrece algunas claves para construir una vida con Dios.

José Ángel Saiz Meneses atribuye las ansiedades, depresiones, adicciones o la soledad, pese a estar rodeados de gente, en la que se ven atrapados parte de los jóvenes a la tiranía de la apariencia, de la imagen. En este sentido muestra su preocupación por el abuso de los selfies que, la mayoría de las veces, esconde una gran falta de autoestima y desemboca en una auténtica adicción.

Todo ello, además, en la semana en la que hemos conocido la preocupación social que ha llevado a la Fiscalía de Menores, a la Agencia Española de Protección de Datos y a otras 131 asociaciones a promover un pacto de Estado para proteger a los menores, ante el riesgo de estos dispositivos tan adictivos.

El Papa advierte a los chicos y a las chicas del peligro de vivir la vida como si fuera un reality, sin objetivos y sin rumbo. Pide Francisco no dejarse engañar, ver la vida más allá de la pantalla de estos dispositivos, porque Dios ha venido para ensanchar los horizontes de nuestra vida.

Por tanto, podemos decir sí a las redes cuando su uso sea complementario al encuentro en carne y hueso, porque entonces no se traicionan a sí misma y se convierten en un recurso para la comunión. Se trata de que sea una red no para atrapar, sino para liberar, para custodiar la comunión.

Volviendo a esa carta del arzobispo hispalense, señala que los jóvenes necesitan una esperanza creíble y duradera, que resista y supere las dificultades; un hecho que monseñor Saiz Meneses, dice, puede resumirse en la necesidad de contemplar a Cristo en la cruz, signo inequívoco del amor.

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