Carmen Castro Madinaveitia

Esposa del filósofo católico de la Edad de Plata Xavier Zubiri, fue crucial para conservar el legado del mismo, que llega hasta nuestros días

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Carmen Castro Madinaveitia, hija del filólogo Américo Castro y de Carmen Madinaveitia, a su vez hija del médico Juan Madinaveitia, contrajo matrimonio con Xavier Zubiri en Roma, con dieciocho años, en la iglesia de Santa María in Transpontina, el año 1936. Licenciada con Premio Extraordinario, Doctora en Filosofía y Letras por la Universidad Complutense de Madrid, se graduó con una investigación sobre los personajes femeninos de El Quijote.

Ganó por oposición una cátedra de instituto en lengua y literatura, en Avilés (Asturias), si bien la docencia la ejerció en un instituto de Madrid. Recibió en abril de 1936 una pensión de la JAE para ampliar sus estudios de literatura y cultura extranjera durante seis meses en Italia (Roma) y Francia (principalmente en París). Estudió cuestiones de técnica literaria en relación con la novela moderna y especialmente sobre el arte de Marcel Proust. En Roma trabajó con los profesores L. Trompeo y V. Cianciolo, tanto sobre problemas referentes a la literatura francesa moderna como a la italiana. También amplió estudios en Princeton y Middleburt (Estados Unidos), y participó en las actividades culturales que se organizaron en la Residencia de Estudiantes de Madrid.

Fue Catedrática de Lengua y Literatura, viajando mucho y traduciendo varias obras teológicas y filosóficas de autores como Descartes, Richiotti o Teilhard de Chardin, de distintas lenguas al español, porque sabía idiomas. Escribió mucho en varios periódicos (ABC, Ya, La Vanguardia de Barcelona, El Norte de Castilla, Informaciones..) columnas sobre su visión femenina de los sucesos, asi como en revistas de pensamiento, arte y moda (Sábado, Revista de Occidente, Estafeta Literaria, Arte y hogar…) intentando señalar cómo ser mujer en la vida social, familiar, cultural, profesional…En la misma línea y recogiendo buena parte de todo lo escrito publicó Nosotras, las mujeres, donde habla del mundo femenino, no tanto de feminismo. Según Rafael Lazcano González ella dejó escrito que “el periódico es un factor de penetración inusitado. El lector, en general, bebe el periódico —su periódico— como un buen caldo casero, nutrimento para una dimensión de la persona”.

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También publicó en 1952 Marcel Proust o el vivir escribiendo, en 1953 Los personajes femeninos del Quijote, en 1959 Italia con Benjamín Palencia. Como comentadora de textos literarios clásicos, dedicada principalmente al ensayo, publicó y prologó las obras Antología de Alfonso X el Sabio y Antología de Emilia Pardo Bazán. También ejerció de editora, publicando textos literarios españoles como el Lazarillo de Tornes, Santa Teresa de Jesús, de Cervantes…

Llegó a ser profesora de Lengua Española en el Institut Hispanique de la Sorbone (París), en la Academia de West Point y en las Universidades de Osaka y el Cairo, y también trabajo en el Ministerio de Asuntos Exteriores, en la Dirección General de Relaciones Culturales, en El índice Cultural de este Departamento, y además, en otras de sus múltiples facetas.

Xavier Zubiri

El también donostiarra Xavier Zubiri estudió Filosofía con Juan Zaragüeta, y con Ortega y Gasset, quien dirigió su tesis, en la Universidad Central de Madrid. Se ordenó sacerdote en 1921, y cinco años más tarde ganó la cátedra de Historia de la Filosofía en la facultad de Filosofía y Letras en la misma universidad. Hizo varias estancias en el extranjero. En una de ellas conoció en Berlín a Albert Einstein. En 1935 fue a Roma, ocasión en que se secularizó y se casó con Carmen Castro Madinaveitia: ninguno de los dos dejaron la Iglesia.

Durante la Guerra Civil vivieron en París, donde se refugió lo más granado de la denominada tercera España, regresando al final de la misma y aceptando en un primer momento una cátedra de filosofía en Barcelona, que pronto dejó, dicen, por la falta de libertad de pensamiento, pasando a impartir cursos privados, muchos de ellos publicados a título póstumo precisamente por su esposa Carmen, que los grabó diligentemente en vida de Zubiri, poniendo en marcha tras su fallecimiento en Madrid, el 21 de septiembre de 1983, la Fundación Xavier Zubiri, centro privado de investigación filosófica creado en 1989, que sigue funcionando.

Cuantioso legado filosófico

Volviendo a la promoción del legado filosófico de su marido, además de crear la Fundación Xavier Zubiri, participó activamente en la edición de ocho obras inéditas suyas. Las grabaciones en magnetofón de las lecciones y cursos impartidos por Zubiri y la transcripción de las mismas para que él pudiera corregirlas fue clave para que todavía a día de hoy se den cursos sobre su pensamiento. Carmen eligió hacer eso, y lo hizo, y ahí está el resultado de su esfuerzo que es de mucho agradecer. Carmen falleció el 5 de julio de 1997. A la Fundación legó todo el patrimonio del filósofo, en especial la riquísima biblioteca que ambos habían ido reuniendo a lo largo de sus vidas y el enorme depósito documental de Zubiri.

Sin todo su trabajo y la generosidad de Carmen, la filosofía de Xavier Zubiri no estaría hoy en el lugar que ocupa. Incluso su última obra, Biografía de Xavier Zubiri (1992), no es sólo la biografía de Xavier sino también la autobiografía de Carmen. Así hay que leerla. Nada mejor, por ello, para recordar agradecida y amorosamente a Carmen, que transcribir estas líneas claramente autobiográficas: "La filosofía como salvación, como meditación, es, recordando a Platón en el Fedro, locura de amor. Y una vida adquiere sentido cuando como un enamorado la ponemos bajo la sombra mística que cubre todo el Universo."

Por su parte, Diego Gracia, comentó que «acompañé a Carmen en los momentos finales de la vida de Xavier. Después, ella describió con tanta elegancia como exactitud aquellos minutos finales con estas palabras del salmista: "En cuanto me acueste, quedaré dormido en paz; porque sólo Tú, Señor, me haces descansar." Así se durmió en el Señor también ella en ese tristísimo día del 5 de Julio, en que todos quedamos un poco más huérfanos».

Fue enterrada como Zubiri en el cementerio Civil, en cuya lápida mandó poner al enterrarlo:

¡Alleluya, alleluya, alleluya!

Cristo ha resucitado:

no es vana nuestra fe

Se ha comentado sobre la decisión de ser enterrado en el cementerio civil, aun siendo creyente cristiano, que Zubiri dicta la última lección de su secularizada filosofía: tiende un puente entre la orilla llamada sagrada y la orilla llamada profana afirmando su radical unidad por la religación al poder de lo real.» (José Manuel San Baldomero Ucar, El significado de la filosofía de Xavier Zubiri en la filosofía española, Lección inaugural del curso académico 1998-1999 en la sede de la UNED de La Rioja, 28 de octubre de 1998.).

CONTRA FACTUM NON VALET ARGUMENTUM


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