5 preguntas a … HOAC

Describe el carisma de HOAC

La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC), es un Movimiento Apostólico de Acción Católica Especializada. Desarrolla su tarea evangelizadora en el mundo obrero y del trabajo.

¿Cómo surge? ¿Cuál es su historia? ¿Quién o quienes lo fundaron?

El nacimiento de la HOAC se produce en 1946, en plena postguerra, que supuso un desgarro muy profundo entre el movimiento obrero y la iglesia española. Los obispos españoles se dan cuenta de esta separación entre el mundo obrero y la iglesia y deciden que la iglesia española ha de hacerse presente en las realidades obreras de nuestro país y encargan a Guillermo Rovirosa, miembro de la Acción Católica de Hombres, la puesta en marcha de este nuevo movimiento especializado en la evangelización del mundo obrero y del trabajo.

A partir de ese encargo, Rovirosa emprende una frenética actividad apostólica y misionera, desarrollando multitud de encuentros, cursillos y reuniones a lo largo y ancho de la geografía española. Dando como resultado la convocatoria, en el mes de octubre de 1946, de la I Semana Nacional de Estudios, que pone en pie el germen de la organización y a partir de ahí se empieza a extender y organizar por todas las diócesis del país.

¿Qué aporta HOAC a la acción misionera de la Iglesia?

La aportación principal de la HOAC es la encarnación de sus militantes en las realidades obreras y del trabajo. Hemos llevado y seguimos llevando el Evangelio a los lugares de trabajo, fábricas, talleres, oficinas, escuelas, hospitales,… Compartiendo las penas y alegrías de nuestros compañeros y compañeras de trabajo.

Comprometiéndonos siempre en la defensa de la dignidad de los trabajadores y trabajadoras, luchando por sus derechos, en especial por unas condiciones de trabajo dignas y unos salarios dignos.

Participando, por consiguiente, en las organizaciones obreras, que representan y defienden los derechos de los trabajadores, en especial los sindicatos. Es en el compromiso sindical, social y político donde los militantes hoacistas llevamos la palabra viva del Evangelio, encarnándonos en estas realidades sufrientes, para desde los valores evangélicos, orientar y guiar la construcción de una sociedad más justa e igual, en consonancia con los valores del Evangelio.

En el momento actual, seguimos estamos presentes en las realidades más precarias y débiles de los barrios obreros de nuestras ciudades y pueblos, en especial con los colectivos de parados, pensionistas, inmigrantes,…; en asociaciones de vecinos, culturales, cívicas, AMPAS,… Compartiendo y acompañando sus vidas, luchando junto a ellos y ellas, por recuperar su dignidad personal, para salir de las situaciones de paro pobreza y marginación en la que muchos de ellos se encuentran.

Nuestra aportación a la acción misionera de la iglesia la solemos resumir en la siguiente frase: “llevar el mundo obrero a la Iglesia y la Iglesia al mundo obrero”. 

¿Cómo os estáis preparando para el próximo Congreso de Laicos de 2020? ¿Qué estáis haciendo?

Por una parte hemos hecho aportaciones como movimiento, tanto a nivel general ( aportando directamente a la secretaría del Congreso y a través del Foro de Laicos) como diocesano. Al mismo tiempo en las distintas realidades diocesanas, están haciendo aportaciones a las reuniones diocesanas que se han convocado, participando también en las reuniones de grupos que se han organizado en las parroquias en las que celebran su fe habitualmente.

¿Qué esperáis del Congreso de Laicos 2020? Concreta alguna medida…

Esperamos que la vida laical se revitalice y crezca en las distintas realidades eclesiales. En concreto, que se haga una apuesta decidida por dar a conocer fomentar e incentivar los distintos movimientos de la Acción Católica General y Especializada, que son movimientos promovidos por la propia iglesia a través del ministerio pastoral. Queremos seguir llevando el Evangelio a las distintas realidades sociales, jóvenes, educación, universidad, trabajo, enfermedad y discapacidad, mundo rural, … Todas ellas, realidades en las que la iglesia ha de seguir estando presente, llevando sus preocupaciones y desvelos al interior de la iglesia y el mensaje del evangelio para que ilumine y oriente esas realidades.