La Inmaculada Concepción de la Virgen

Esta realidad ya queda prefigura cuando el Señor dice a la serpiente en el paraíso: “Establezco hostilidades entre ti y la mujer. Entre tu estirpe y la Suya. Ella te herirá en la cabeza cuando tú la hieras en el talón”. María, Tabernáculo del Altísimo, es preparada por el Espíritu para fecundar en sus entrañas al Verbo de Dios, al Salvador de la humanidad. Ella es la Nueva Eva que engendra al Nuevo Adán, Cristo, que dará al Padre un Pueblo bien dispuesto. Con razón dice el Salmo: “Hija de Sión alégrate, porque el Señor está en Ti. Salvador y Rey”. María, Llena de Gracia es feliz porque ha creído en la palabra del Cielo. Es la humilde esclava en quien el Todopoderoso se ha fijado, haciendo obras grandes en su vida. El origen de esta Solemnidad se remonta al siglo VII, en el mreinado de Wamba, en el XI Concilio de Toledo. Carlos II también la declaró Patrona de la Guardia Real. Dado que España ha contribuido desde el Sensus Fidei para que se proclamase este Dogma, el Papa le declaró Co-Patrona de España junto a Santiago Apóstol y le concedió el privilegio de que, esta jornada el color litúrgico en toda la geografía española fuese el azul. Iconografía: Muchas imágenes se han hecho de María Inmaculada todas ellas reflejan su manto azul y rodeada de los coros angélicos.