El Papa agradece a Mongolia "el don de la amistad" que ha recibido estos días: "Están en mi corazón"
Francisco ha dirigido unas palabras a todo el pueblo mongol y les ha pedido seguir creciendo "juntos en la fraternidad, como semillas de paz en un mundo asolado por tantas guerras"
Por Santiago Tedeschi Prades
Tiempo de lectura: 2' Actualizado 14:20
Al concluir la Santa Misa en el 'Steppe Arena' en Ulán Bator, el Papa Francisco ha dirigido unas palabras de agradecimiento a todos los fieles presentes: “He venido a esta peregrinación con gran expectativa, con el deseo de encontrarme con ustedes y de conocerlos, y ahora agradezco a Dios por ustedes; porque, por medio de ustedes, Él se complace en realizar cosas grandes en la pequeñez”.
Francisco ha pedido a los fieles de Mongolia seguir adelante, “con mansedumbre y sin miedo, sintiendo la cercanía y el aliento de toda la Iglesia, y sobre todo la mirada tierna del Señor, que no se olvida de nadie y mira con amor a cada uno de sus hijos”.
“Cuando pierdes tu vida, cuando la ofreces generosamente, cuando la arriesgas comprometiéndola en el amor, cuando haces de ella un don gratuito para los demás, entonces vuelve a ti abundantemente, derrama una alegría que no pasa, una paz, una alegría que te sostiene”#Papa #Misa pic.twitter.com/zbMbCDTjec
— Eva Fernández (@evaenlaradio) September 3, 2023
El Papa, saludando a las autoridades y las hermanos y hermanas de otras confesiones cristianas y religiones, les ha pedido seguir “creciendo juntos en la fraternidad, como semillas de paz en un mundo tristemente asolado por tantas guerras y conflictos”.
El “gracias” del Santo Padre está lleno de alegría: “Es un “gracias grande a ti, pueblo mongol, por el don de la amistad que he recibido en estos días, por tu auténtica capacidad de valorar también los aspectos más sencillos de la vida, de custodiar con sabiduría las relaciones y las tradiciones, de cultivar la cotidianidad con cuidado y atención”.
Por último, Francisco ha dado gracias a los fieles de Mongolia “por su testimonios”: “Que Dios los bendiga. Están en mi corazón y permanecen en él. Acuérdense de mí, por favor, en sus oraciones y en sus pensamientos”.