La posición del Vaticano sobre los textos que narran pasajes sobre la infancia de Jesucristo: el último apareció hace un año
A lo largo de la historia del cristianismo han aparecido textos apócrifos que narran pasajes de la infancia de Jesucristo, especialmente en los primeros siglos del cristianismo
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Quizás mucho lo desconozcan, incluidos los católicos. Pero a lo largo de la historia han aparecido textos apócrifos que narran pasajes de la infancia de Jesucristo, especialmente en los primeros siglos del cristianismo.
Estos textos apócrifos, que significa 'oculto o 'no reconocido', son evangelios y relatos que circularon en comunidades cristianas especialmente entre los siglos II y VI, pero que no fueron incluidos en el canon por considerarse tardíos, de autoría incierta o con contenidos teológicos poco compatibles con la enseñanza oficial.
Pese a no ser textos oficiales reconocidos por la Santa Sede, algunos de estos textos han tenido una influencia importante en la piedad popular y en el arte medieval.
El último texto apócrifo fue hallado en alemania en 2024
El último texto apócrifo sobre la niñez de Cristo apareció en Alemania en junio de 2024, cuando dos investigadores de Berlín y Bélgica concluyeron que se trata del fragmento más antiguo del Evangelio apócrifo de Tomás que se conserva, datado del siglo IV o V.
En ella, se hace referencia al día en el que Jesucristo, con tan solo cinco años, hizo con barro doce gorriones. San José le sorprende y le riñe porque lo está haciendo en sábado. Entonces Jesús da unas palmadas y los gorriones cobran vida. Por ello se conoce el episodio como ''el renacimiento de los gorriones''.
Este Evangelio apareció en un códice del siglo XI en griego. Posiblemente fue escrito originalmente en el siglo II, es decir, a una etapa posterior al resto de partes del Nuevo Testamento.
Principales apócrifos de la infancia de Jesús
Protoevangelio de Santiago (siglo II): Está centrado en la vida de María desde su concepción hasta el Nacimiento de Jesús. En ella se ofrecen detalles como la infancia de la Virgen en el Templo, su virginidad perpetua, el parto en una cueva, y la presencia de la comadrona Salomé que duda y toca a María para verificar el milagro. El apócrifo influyó en la devoción mariana en los primeros siglos.
Evangelio árabe de la infancia (siglo VI): Incluye relatos fantásticos, como dragones que se inclinan ante la Sagrada Familia, o episodios durante la huida a Egipto.
Evangelio armenio de la infancia (siglo VI en adelante): Con influencias de tradiciones locales, añade más episodios legendarios sobre la niñez de Jesús y sus milagros tempranos con María como mediadora de sus favores divinos.
La posición de la Iglesia
Los evangelios apócrifos no son aceptados por la Iglesia, pues no se consideran inspirados por el Espíritu Santo, como sí todas las páginas del Nuevo Testamento. Sin embargo, tienen el valor de haber sido escritos en una época pasada. Además, algunas de sus escenas, como el enlace de San José y la Virgen María que plasmó Rafael en 'Los desposorios de la Virgen', o la vara con flores de San José, tan recurrentes en la Historia del Arte, provienen de estos textos.
El Vaticano ve estos hallazgos como interesante desde el punto de vista histórico y textual, pero sin que necesariamente afecte la fe oficial o la enseñanza dogmática. Descubrimientos de manuscritos apócrifos suelen ser reconocidos como valiosos para entender la diversidad del cristianismo primitivo, las creencias populares antiguas, etc.
Pese a este valor, la Iglesia ha defendido que no forman parte del canon bíblico pero, aunque no modifique la doctrina, podría servir para dialogar con fieles o con quienes se fascinan con los evangelios apócrifos, para enseñar la importancia del discernimiento, de las fuentes, y para reforzar la idea de que la fe cristiana católica se fundamenta no sólo en antiguas “historias curiosas”, sino en las Escrituras canónicas, la tradición y el Magisterio.