El Papa pide "desarmar las palabras" y advierte: "Quien se cansa del diálogo se cansa de esperar la paz"

El Pontífice recibe a más de tres mil diplomáticos italianos en el Vaticano con motivo de su Jubileo y les insta a un diálogo honesto contra la "propaganda y la hipocresía"

El papa junto a los diplomáticos

Redacción Religión

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El Papa León XIV ha lanzado una enérgica advertencia contra el "estruendo de la ofensa" que ahoga el debate público y ha hecho un llamamiento a la urgencia de "desarmar" las palabras. En una audiencia con más de tres mil funcionarios de la diplomacia italiana, el Pontífice ha señalado que quienes se cansan del diálogo ya han dejado de "esperar la paz". El encuentro ha tenido lugar este 13 de diciembre en el Aula Pablo VI con motivo del Jubileo de la Diplomacia Italiana, y ha contado con la presencia del Vicepresidente del Consejo de Ministros, Antonio Tajani.

El Papa en el Aula Pablo VI

La esperanza, motor de la diplomacia

El Papa ha recordado que el tradicional paso por la Puerta Santa es un gesto de esperanza compartida, un tema central del presente Año Santo. Ha definido esta virtud no como un "deseo confuso de cosas inciertas", sino como "el nombre que toma la voluntad cuando tiende firmemente hacia el bien y la justicia que siente que faltan". Esta firmeza, ha añadido, es la que debe guiar la labor diplomática en todo momento.

En este sentido, el Pontífice ha subrayado el valor de la esperanza para la labor de los diplomáticos. "En la diplomacia, solo quienes realmente esperan buscan y apoyan siempre el diálogo entre las partes, confiando en la comprensión mutua incluso ante las dificultades y las tensiones", ha afirmado. Según León XIV, es precisamente la esperanza de entenderse lo que impulsa a buscar "las mejores maneras y palabras para llegar a un acuerdo".

'Ad cor': la sinceridad frente a la formalidad

El Papa ha profundizado en el significado de la palabra "acuerdo", que evoca el corazón ("cor" en latín) y expresa una sinceridad que a menudo se pierde en gestos reducidos a "formalidades procesales". Ha contrapuesto esta visión a una diplomacia basada en "cálculos para obtener beneficios partidistas" o en un equilibrio entre rivales que oculta "profundas distancias". Para el Pontífice, una auténtica misión diplomática debe ir directa al corazón ("ad cor").

Para resistir a estas desviaciones, ha propuesto imitar a Jesús como "ejemplo brillante de reconciliación y paz al participar en el diálogo de Dios con los hombres". La conversación ha sido la palabra que ha resonado con más fuerza en el discurso papal, descrita como la "piedra angular de las relaciones fundamentales de nuestra existencia", desde la familia hasta la comunidad internacional.

León XIV ha utilizado la metáfora de la familia para ilustrar la importancia del diálogo. Términos como "madre" para la lengua propia o "patria" para la nación demuestran, a su juicio, cómo las palabras expresan una comprensión compartida del mundo. "En un clima multiétnico, resulta esencial fomentar el diálogo, fomentando la comprensión mutua e intercultural como signo de acogida, integración y fraternidad", ha aseverado.

Desarmar la palabra contra la 'guerra verbal'

El discurso ha adquirido un tono especialmente grave al abordar el contexto internacional actual, que ha descrito como un tiempo de "prevaricación y conflicto". El Papa ha denunciado que el diálogo se enfrenta a una "agresión verbal", una "guerra de palabras" que se arma con "mentiras, propaganda e hipocresía". Frente al insulto, ha reivindicado el silencio, que "nos abre a la escucha" y permite acoger las palabras del otro.

El Aula Pablo VI durante la Audiencia Jubilar

Por ello, ha exhortado a "comprometerse con esperanza a desarmar proclamaciones y discursos", asegurando no solo su belleza y precisión, sino sobre todo su "honestidad y prudencia". En esta línea, ha añadido que "quien sabe qué decir no necesita muchas palabras, sino solo las adecuadas". La advertencia final ha sido contundente: "Quien se cansa del diálogo se cansa de esperar la paz".

Finalmente, el Papa ha recordado el histórico llamamiento de San Pablo VI ante las Naciones Unidas hace 60 años: "¡no más guerra, no más guerra! La paz, la paz, debe guiar el destino de los pueblos y de toda la humanidad". Ha concluido su intervención pidiendo a los presentes: "Sean pues, hombres y mujeres de diálogo, sabios en la lectura de los signos de los tiempos según el código del humanismo cristiano que sustenta la cultura italiana y europea".

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.