(RV).- "La vida es para caminar, para hacer algo, para ir adelante". También este año el Papa Francisco bendijo a los peregrinos que ayer, 11 de junio, participaron en la 38ª edición de la peregrinación a pie de Macerata a Loreto, en Italia.
"La vida es camino. Ninguno de nosotros sabe cuánto durará la propia vida, pero es un camino". Con estas palabras se dirigió el Papa Francisco a los miles de peregrinos listos para iniciar la peregrinación nocturna de 28 kilómetros desde el estadio Helvia Recina de Macerata hasta la Santa Casa de María, en Loreto. Y sabiendo de la lluvia estiva que los acompañaba, el Papa les dio también su aliento: "también la lluvia es una gracia. ¡Porque es fea, pero también es bella! Tiene dos cosas: es fea porque fastidia, pero es bella porque es como la figura de la gracia de Dios que viene sobre nosotros", les dijo.
"No se puede vivir la propia vida estando detenidos. La vida es para caminar, para hacer algo, para ir adelante, para construir una amistad social, una sociedad justa, para proclamar el Evangelio de Jesús", insistió Francisco hablándoles telefónicamente en directo.
A los numerosos participantes en la peregrinación el Pontífice aseguró su cercanía con la oración: "los acompaño y les deseo una noche de oración y de alegría", e insistió: "Caminen siempre en la vida, nunca, jamás detenerse, siempre en camino. ¡La vida es esto! Y recen por mí ? les pidió ? para que yo no me pare y continúe a seguir en camino. El camino que el Señor me dirá cómo hacer.
El Papa finalmente los bendijo con el deseo de que tengan "una noche de camino, de oración, de alegría, de hermandad y con la mirada hacia la Virgen y hacia la Eucaristía que recibirán mañana".
La 38ª edición de la peregrinación de Macerata a Loreto comenzó ayer con la Santa Misa presidida por el Cardenal Edoardo Menichelli, Arzobispo de Ancona-Osimo, en el estadio Helvia Recina de Macerata, entorno a las 20.30 horas.
El tema de la edición 2016 "Tú eres único", nació de una frase que pronunció el Santo Padre Francisco al responder al saludo de un peregrino en la Plaza de San Pedro y expresa la mirada conmovida de Jesús ante cada uno de nosotros, tocado por el valor de cada uno, deseoso de que este tesoro no disminuya y no se pierda.
(MCM-RV)
Fieles en la peregrinación desde Macerata a Loreto, en una foto de archivo. – ANSA
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