El Papa León XIV pide por la unidad de todos los cristianos en Estambul: "una tarea que emprendemos con la ayuda de Dios"

En el siglo XI, en el verano del año 1054, Europa se dividía entre los restos del Imperio Romano de Occidente, el Sacro Imperio Romano Germánico y el de Oriente, en ese momento Imperio Bizantino con su capital en Constantinopla. Esa división política y geográfica estallaría con una división que también sería religiosa. Fue otro Papa León IX, el que tuvo que hacer frente a una situación que terminó de romperse a su muerte en ese mismo año. Constantinopla quería ser considerada la nueva Roma, la nueva sede de la Iglesia y del cristianismo. Así, fundamentada en un cisma dogmático basado en desavenencias sobre el Espíritu Santo, entre otras, la Iglesia de Roma se separaba de la de Constantinopla definitivamente. 

Una muestra más de ecumenismo

Hoy, los dos representantes de esas Iglesias, se han unido en una Doxología histórica en la Catedral Patriarcal de San Jorge. Un símbolo de búsqueda de unidad entre cristianos, el deseo que tanto Bartolomé I, como León XIV y sus antecesores más recientes, comparten. "Por Cristo, con Él y en Él..." es la fórmula que se conoce como Doxología y que ambos líderes espirituales han compartido este sábado en el templo ortodoxo.

Al igual que hizo con el Papa Francisco, Bartolomé I se ha referido a León XIV en todo momento como un hermano. El Papa ha hecho lo propio y le ha dedicado unas calurosas palabras de gratitud y fraternidad al Patriarca:  “Estoy seguro de que nuestro encuentro contribuirá a fortalecer los lazos de nuestra amistad, que ya comenzaron a afianzarse cuando nos conocimos al inicio de mi ministerio como Obispo de Roma, especialmente durante la solemne celebración de la Santa Eucaristía, a la que Su Santidad tuvo la gentileza de asistir”, le ha dicho el Pontífice.

Además, el Santo Padre ha recordado la celebración este viernes de un acto ecuménico ante el lago que cubre los restos de la antigua ciudad de Nicea donde se congregaron hace 1700 años los participantes de ese fundamental Concilio de Nicea, impulsado por Osio de Córdoba y que fijó las bases del credo niceno-constantinopolitano: "Al recordar aquel acontecimiento tan significativo e inspirados por la oración de Jesús para que todos sus discípulos sean uno, nos sentimos alentados en nuestro compromiso de buscar la restauración de la plena comunión entre todos los cristianos, tarea que emprendemos con la ayuda de Dios”.

La firma de la declaración conjunta

Después de este encuentro, el Papa León XIV y el Patriarca Bartolomé I han mantenido un encuentro privado, después han firmado una declaración conjunta en la que se han reafirmado en su compromiso por mantenerse en el camino hacia la unidad y la comunión entre ambas iglesias y también en el firme rechazo a la violencia ejercida y justificada en nombre de la religión: "Juntos, alzamos nuestras voces fervientemente, invocando el regalo de Dios que es la paz sobre el mundo", reza la declaración, "desgraciadamente, en muchas regiones del mundo, el conflicto y la violencia destroza las vidas de tantos... A aquellos que tienen responsabilidades civiles y políticas, pedimos que hagan todo lo posible para asegurarse de que la tragedia de la guerra se termine inmediatamente y apelamos a la voluntad de toda la gente de bien para que apoye nuestra petición".