El árbol de Navidad llega a la Plaza de San Pedro

Un abeto de 25 metros procedente del valle alpino de Ultimo y donado por los municipios de Lagundo y Ultimo, será el centro de una Navidad marcada por la sostenibilidad en el Vaticano

Vatican News

Gonzalo de Esteban

Madrid - Publicado el

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La Plaza de San Pedro ha amanecido con un nuevo protagonista: un imponente abeto rojo de 25 metros, procedente del valle alpino de Ultimo, en la provincia de Bolzano, que ya se alza en el emblemático hemiciclo de Bernini. La instalación comenzó a primera hora con la ayuda de una gran grúa y decenas de operarios especializados, que trabajaron con precisión para colocar el árbol en la zona donde también se ubicará el Belén procedente de Campania, inspirado en los elementos típicos de Nocera.

Este abeto, donado por los municipios de Lagundo y Ultimo, no solo simboliza el inicio de la Navidad en el Vaticano, sino también un mensaje de respeto medioambiental. La tala del árbol forma parte de una gestión forestal responsable, donde cortar un ejemplar seleccionado permite mantener la salud del bosque. Lejos de ser un acto dañino, responde a un método sostenible en el que, por cada árbol talado, se plantan otros nuevos para garantizar bosques fuertes y equilibrados.

El abeto permanecerá expuesto durante toda la temporada navideña. Una vez terminada, tendrá un curioso destino que mantiene vivo el compromiso con la creación: se extraerán aceites esenciales de sus ramas, y la madera restante será donada a una asociación benéfica que la reutilizará de forma responsable.

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 Un árbol que invita al asombro y a la reflexión  

Esta tradición, que cada año atrae a miles de peregrinos y turistas, toma en 2025 un significado aún más especial. Será la primera Navidad del Papa León XIV, y el Vaticano ha querido destacar el valor simbólico del abeto como signo de esperanza, cuidado de la naturaleza y armonía con la creación. En palabras del obispo Muser, el árbol debería despertar “el asombro ante la Creación” e inspirar estilos de vida “sostenibles y sobrios”.

No se trata solo de decorar la plaza más conocida del mundo. Según las autoridades del Tirol del Sur, la reforestación es una práctica arraigada que garantiza que estos gestos no supongan un daño, sino una oportunidad para fortalecer los ecosistemas locales. El abeto que ahora luce en San Pedro era un ejemplar idóneo para ser retirado, y su selección forma parte de un plan que cuida el entorno y prepara nuevas generaciones de árboles sanos.

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Un Vaticano que se viste de Navidad con raíces alpinas

Además del gran abeto del hemiciclo, el Vaticano recibirá otros árboles más pequeños destinados a oficinas y edificios institucionales. Todos ellos proceden también del Tirol del Sur y han sido ofrecidos generosamente por los municipios de Lagundo y Ultimo, reforzando un año más la colaboración entre esta región alpina y la Santa Sede.

En las próximas semanas, el árbol principal será decorado y el Belén terminará de instalarse, conformando uno de los escenarios navideños más fotografiados del mundo. Con este gesto, el Vaticano no solo enciende la Navidad, sino que envía un mensaje de cuidado, respeto y gratitud hacia la naturaleza, recordando que cada símbolo puede convertirse en una oportunidad para reflexionar sobre el mundo que queremos construir.