El hermano Jean Pierre, el último superviviente del martirio a los monjes trapenses de Tibhirine

Durante su viaje a Marruecos, el Papa se ha encontrado con el último superviviente de los monjes trapenses de Tibhirine

Por José Luis Restán Twitter

Tiempo de lectura: 1' Actualizado 13:41

 

Francisco se ha acercado al hermano Jean Pierre Schumacher durante su encuentro con el clero y los religiosos en la catedral de Rabat, y le ha besado las manos. Es el último superviviente de los monjes que tras el martirio de siete de sus hermanos se trasladó a Marruecos junto al hermano Amédée, el otro superviviente. A sus 95 es el último miembro vivo de aquella comunidad.

El viaje del Papa ha tenido lugar apenas unos meses después de la beatificación de estos trapenses asesinados en 1996, celebrada el pasado 8 de diciembre en Orán. El hermano Schumacher ha recordado este acontecimiento respondiendo al Director de Alfa y Omega, desplazado a Rabat: “fue un momento increíble, sobre todo el hecho de que la beatificación de los hermanos nos uniera a tantos musulmanes que también sufrieron”; 114 imanes fueron asesinados por el GIA por defender a los cristianos y rechazar su visión fundamentalista del islam.

Esta beatificación ha lanzado un mensaje de fraternidad universal que anima a cristianos y musulmanes a superar nuestras divisiones, a comprender al otro y trabajar juntos por el bien de todos”, ha dicho el hermano Jean Pierre. Este mensaje ha estado muy presente a lo largo de toda la visita del Papa a Marruecos. Durante la Misa presidida por el Papa estuvo presente una cruz tallada por el hermano Christian, superior de la comunidad de Thibirine, que proyecta la pasión y muerte de Jesús hacia su resurrección y ascensión.

En Rabat ha habido estos días una significativa presencia de las Iglesias del norte de África. El arzobispo de Argel, el jesuita Paul Desfarges, ha subrayado que tanto la beatificación de los mártires de Thibirine como el viaje del Papa a Marruecos sirven para promover una verdadera fraternidad y para concretar nuestro deseo de vivir juntos, cristianos y musulmanes.