"Es mi gran sueño": el entrenador campeón de la NBA que anhela convertirse en diácono católico

Uno de los técnicos más jóvenes en ganar un campeonato de la NBA confiesa que su verdadera vocación va más allá de la pista

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Los Celtics se convierten en la franquicia más cara de la historia.

Gonzalo de Esteban

Madrid - Publicado el

3 min lectura

Joe Mazzulla, el entrenador de los Boston Celtics, nunca ha tenido problema en mostrar públicamente su fe católica. Es habitual verle haciendo referencias al Evangelio durante las ruedas de prensa, reservar asientos en primera fila para sacerdotes católicos o incluso llevar un rosario gigantesco. Pero ahora ha dado un paso más allá: ha confesado abiertamente su aspiración de ordenarse como diácono católico.

Durante una conversación con el padre dominico Joseph Anthony Kress en el podcast ‘Godsplaining, le plantearon la siguiente pregunta al entrenador: "¿Cuál es tu siguiente meta en el ámbito profesional?". Lejos de referirse a nuevos campeonatos o logros deportivos, respondió: “Acabo de ser elegible para ser diácono, algo que siempre he querido hacer. Ahí está. He estado pensando en eso”.

Mazzulla no dio más explicaciones sobre este proyecto, pero sí profundizó en sus miedos respecto al éxito profesional. Sus palabras fueron reveladoras: “Creo que ganar ha sido más aterrador para mí porque es como si estuviera luchando con Dios. Como, ¿me vuelvo codicioso y quiero más? ¿Cómo encuentras el espacio de querer más y, a la vez, estar agradecido por lo que Dios te ha dado? Porque mi mayor miedo es que, dentro de 10 años, me despierte y sea el joven rico. Y que la vida me haya pasado de largo, y que no esté dispuesto a renunciar a mis tesoros en esta tierra porque lo habré dado todo a una mundanalidad”.

Joe Mazzulla entrenador de los Boston Celtics

 Una fe que vive sin complejos  

Esta entrevista permite conocer la profundidad de la vida espiritual de Mazzulla desde diversos ángulos. Al hablar sobre su infancia, dejó claro el papel fundamental que tuvo la religión en su formación: “Tuve mucha suerte, principalmente porque crecí en un entorno donde la fe y el catolicismo eran una parte normal de la vida. Vivía a medio kilómetro de una iglesia. Iba a la iglesia los domingos y asistí a una escuela católica desde jardín hasta 12º grado”.

Su testimonio público de fe le ha convertido en una referencia dentro de la comunidad católica, especialmente por episodios que se han hecho virales en redes sociales. Uno de los más recordados sucedió cuando le preguntaron por conocer a la familia real, y su respuesta fue: "¿Jesús, María y José?". Cuando la reportera aclaró que hablaba de los príncipes de Gales, Mazzulla respondió con naturalidad: “Sólo estoy familiarizado con una familia real. No sé mucho sobre esa. Pero ojalá sean fans de los Celtics”.

Joe Mazzulla entrenador de los Boston Celtics

 Un guía espiritual desde la adolescencia  

Al preguntarle el padre Kress sobre las personas que han marcado su camino, Mazzulla destacó especialmente al padre Marcel Taillon, sacerdote con quien mantiene una amistad que comenzó cuando él cursaba octavo grado: “Poder tener un sacerdote constante, una enseñanza constante pero también rendición de cuentas, que él esté ahí en todas las diferentes etapas de mi vida, etapas de entrar a la preparatoria; desarrollamos nuestra fe a través de tantas experiencias diferentes y a lo largo de la preparatoria, el periodo de reclutamiento, qué universidad vas a elegir, ir a la universidad, los altibajos de la universidad, comenzar tu carrera, mudar a tu familia”, dijo. “Y todo culmina en volver al lugar donde empezamos juntos, que es aquí en New England, y luego emprender juntos el camino de fe es algo. He tenido personas en el camino, pero el P. Taillon es alguien que ha estado ahí por mucho, mucho tiempo y realmente me ha ayudado en cada etapa de mi vida”.

Para Mazzulla, vivir cada momento con plena conciencia e intencionalidad es fundamental. Y reconoció que ese estilo de vida surgió al aceptar una verdad que a menudo resulta complicada para los católicos: "Lo esencial para mí es aceptar como cierto lo que Dios afirma sobre mi persona. Parece sencillo, pero es tremendamente complicado. Durante bastante tiempo, no creía realmente en lo que Él decía de mí. Cuando rechazas esa verdad, terminas buscando mentiras que resulten más cómodas de creer. Cuando eres joven, resulta mucho más fácil pensar que tu valor reside en el deporte que aceptar que alguien dio su vida completamente por ti. Recibes esa gracia sin merecerla ni poder ganarla, simplemente se te ofrece. Lo único que debes hacer es aceptarla. Y precisamente esa aceptación es lo más difícil".