Davide Prosperi, presidente de Comunión y Liberación: "Una vida sin Dios es una vida sin futuro"

Asegura que el Meeting 2022 es "un lugar de amistad donde experimentar el amor de Dios". Bajo el lema "Una pasión por el hombre", se celebra del 20 al 25 de agosto en Rímini

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Laico, casado y con cuatro hijos. Químico y Biólogo. Davide Prosperi, presidente de Comunión y Liberación, asegura que como “químico observa la realidad en sus profundidades microscópicas, maravillándose continuamente por la perfección con que los elementos se relacionan razonablemente entre sí”. En una entrevista en Avvenire, se pregunta: “¿Cómo es posible que un químico no crea en Dios?”. Y se cuestiona ante la experiencia de esa razonabilidad y al mismo tiempo del misterio que la gobierna, pero reconociendo que “una cosa es creer en la existencia de un ente superior y otra encontrarse con una realidad humana donde la presencia de Dios es una experiencia viva…”

Ante el LVIII Meeting 2022 que comienza este sábado hasta el 25 de agosto, bajo el lema “Una pasión por el hombre”, asegura que “el cristianismo no nació para fundar una religión, nació como una pasión por el hombre. El lema se ha tomado de esta frase que don Giussani dijo justamente en el Meeting en 1985”. Además, recuerda que el Meeting intenta ofrecer un lugar de amistad para compartir la tensión de las varias dimensiones del hombre. Y en especial en estos tiempos difíciles. “Nosotros hemos conocido esa pasión de Dios por el hombre en la amistad con don Giussani y ahora la vivimos en la compañía que nació de esa amistad dentro de la Iglesia. ¿Qué fue lo que originó todo eso? El deseo de mirar a los demás igual que hemos sido mirados nosotros, de experimentar continuamente el amor que Dios nos tiene”, afirma, previamente al comienzo del encuentro, en Rímini, destacando esta amistad de los pueblos.

Giussani, un educador

En realidad, “Una pasión por el hombre” no es solo el lema del Meeting de este año, sino el hilo conductor de un movimiento que, sin perder de vista la teología, siempre la ha encarnado en una historia humana. El mismo Meeting muestra una fe cargada de cuerpo y de historia, de emociones y pensamiento, experiencias e ideas, mediante el comportamiento que mejor lo caracteriza, la amistad.

Preguntado por si don Giussani fue más un teólogo o un pedagogo, el presidente actual resalta que fue más un educador: “En el sentido más alto del término, un hombre que cuando se encontraba con los demás hombres les ayudaba (y les sigue ayudando mediante la historia que generó) a crecer hacia su Destino”.

Porque para el fundador de Comunión y Liberación, “nadie era extraño y nunca imponía su visión. Trataba de provocar el corazón del otro para abrir ante él una espiral hacia un “camino hermoso”, que tenía relación con todo”. Así, resalta de lo recibido de Giussani como el carisma de lo humano. “Miraba al hombre entero, valorando hasta el fondo la pregunta sobre el infinito (de hecho le encantaba Leopardi), pero también la apertura al acontecimiento de la gracia de Cristo, que se alcanza a través de alguien que nos llama la atención y nos fascina, generando así el movimiento”, asegura.

Un maestro

Ante la necesidad de nuevos maestros en nuestra sociedad, Davide Prosperi asegura que don Giussani supo mantener despierto el deseo del corazón de las personas. “Eso hizo con muchos de nosotros. Igual que otros nombres en la historia de la Iglesia, se volvió fascinante como testigo de la iniciativa del verdadero y único Maestro”. Así, recordando al padre Lepori, abad general de la orden cisterciense, destaca que “la relación con el Maestro, «hace que la vida crezca, dilata el corazón, nos introduce en la verdad de todo, en la verdad de las relaciones, del trabajo, de los afectos, de las fragilidades humanas, hasta de la muerte», para «hacerte vivir con plenitud». Por esta razón, asegura, se buscan personas, “más bien amigos, que sepan indicarte el camino para “vivir con plenitud”. Esta tensión ideal transforma también la manera de mirar todo lo que uno tiene”.

“Devolver a Dios a las pantallas de nuestra vida”

Por otra parte, “nadie quiere ser mero espectador de su propia vida”, asegura, “todos desean relaciones que tomen en serio la necesidad de felicidad, experimentar un bien”. Reconociendo que en la actualidad ese deseo “está aniquilado, aplastado”, y que “a menudo nos define nuestro miedo al fracaso, como si nuestro destino solo dependiera de nosotros”, el profesor Prosperi asegura que “todos debemos ayudarnos a devolver a Dios a las pantallas de nuestra vida. Una vida sin Dios es una vida sin futuro”. Así, recordaba también las palabras del papa Francisco decía a los jóvenes: «La pantalla se vuelve fácilmente un espejo, donde crees que estás frente al mundo, pero en realidad estás solo, en un mundo virtual lleno de apariencias, de fotos trucadas para parecer siempre hermosos y en forma. ¡Qué bonito, en cambio, es estar con los demás, descubrir la novedad del otro, dialogar con el otro, cultivar la mística del conjunto, la alegría de compartir, el ardor de servir!».

Un periodo delicado de CL pero de gran renovación

Por último, preguntado sobre lo que ocurrirá con Comunión y Liberación en los próximos meses, asegura que para la Fraternidad “es un periodo delicado pero de gran renovación”.“La Iglesia nos está guiando, a nosotros y a todos los movimientos, hacia una maduración y se lo agradecemos”, expresa, agradeciendo al Papa la audiencia que les ha concedido en San Pedro el 15 de octubre, justo el día del nacimiento de don Giussani. “Será un momento fundamental en nuestro camino y espero una gran participación. Para reafirmar nuestro seguimiento a Cristo en la Iglesia y para renovar la contribución de la fe y la construcción del bien común que podemos ofrecer a la Iglesia y al mundo. Esa es nuestra única razón de ser”.


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