El arzobispo de Bruselas asegura que la Iglesia necesita una reforma: "Tenemos que reposicionarnos"
En una entrevista, Jozef De Kesel considera "necesaria una reforma de la Iglesia" en la que se "vuelva a las fuentes"
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El arzobispo de Malinas-Bruselas, Jozef De Kesel, considera «necesaria una reforma de la Iglesia» en la que se «vuelva a las fuentes». Lo dijo el pasado domingo, 16 de enero, en una entrevista concedida al programa «En busca de sentido-Érase una vez» que conduce el periodista y teólogo Christophe Henrinchx yde la que informa Catho.bel, el portal de la Iglesia católica belga.
El purpurado, de 74 años, se refirió a la situación de la Iglesia en Bélgica y en todo el mundo. La crisis que hay —dijo— es la de «una Iglesia que se da cuenta de que el mundo ya no es el mundo cristiano que ha conocido durante dieciséis siglos». Por ello, añadió, «tenemos que reposicionarnos, no vamos a cambiar la Iglesia en unos años», porque «Ecclesia semper reformanda es».
«Tenemos un tesoro»
El cardenal belga enumeró varias áreas prioritarias de actuación. Lo primero que hay que hacer, señaló, es aceptar la situación, no posicionarse frente a una sociedad que ya no es cristiana. «Necesitamos una Iglesia que vuelva a las fuentes para estar presentes como Iglesia en un mundo secularizado (…) porque tenemos un tesoro», dijo. «Por nuestro testimonio y nuestro comportamiento, podemos traer a este mundo esta gran tesoro de poder creer en Dios».
Además de invocar un retorno al corazón de nuestra fe, De Kesel reivindica una Iglesia que no quiera imponerse, sino que sea presente y cercana. Una Iglesia, además, que salga de sí misma y se abra al mundo. «Las cuestiones de la sociedad, defendidas por el Papa Francisco (migración, ecología, pobreza) son cuestiones eminentemente cristianas. Se necesita una mente abierta al mundo y partícipe de los grandes desafío de humanidad».
Cardenal de Francisco
Monseñor De Kesel es un prelado de larga trayectoria. Nacido en Gante el 17 de junio de 1947 y ordenado sacerdote el 26 de agosto de 1972, fue nombrado obispo en 2002, siendo consagrado el 26 de mayo de ese mismo año. Tras pastorear la diócesis de Brujas, el Papa Francisco lo promovió en noviembre de 2015 a la archidiócesis de Malinas-Bruselas, primada del país. Al año siguiente, lo creó cardenal en el consistorio del 19 de noviembre. Tiene 74 años, por lo que es un purpurado elector.
Malinas-Bruselas cuenta con 1,9 millones de católicos sobre una población de casi tres millones de personas. Sus 593 parroquias son atendidas por 1.515 sacerdotes: 509 diocesanos y 1.006 religiosos. En la acción evangelizadora y pastoral trabajan también 92 diáconos, 1.286 religiosos no sacerdotes, 1.473 religiosas y 21 seminaristas, según datos de 2018.
