Un año después de Al Asad, Siria sigue debatiéndose entre el miedo y la esperanza: "Estamos inquietos"

Después de 50 años de tiranía, la agrupación islámica HTS liderada por Al Sharaa, en aquel momento conocido como Al Jolani, derrocó al dictador y sembró la incertidumbre en el país por su pasado yihadista

Rodrigo Simón Rey

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Apenas once días hicieron falta para colapsar por completo un régimen de más de 50 años. Dos tiranos, padre e hijo, dominaron con puño de hierro durante medio siglo en Siria. La familia Al Asad, primero con Háfez y luego con su hijo Bashar, tomaron el control del Partido Baazista, el partido único de la República Siria, en el año 1970. No lo soltaron hasta el pasado 8 de diciembre del año 2024, día en el que los rebeldes sirios culminaron su marcha triunfal sobre Damasco

Damasco se convirtió en un escenario de celebración para la mayoría suní del país, en torno al 60% de los sirios. Disparos, bocinas de coches, loas a Alá, ráfagas de metralleta, explosiones, fuegos de artificio, símbolos del régimen criminal derribados, destruidos, incendiados, se amontonaban en cada esquina. Mientras la euforia de la mayoría del país lo inundaba todo, las minorías como los cristianos aguardaban con incertidumbre.

reina la incertidumbre en siria

"Ahora hay muchas preguntas para el futuro, si vamos a ser tratados como minoría o si todas las confesiones que formamos parte del mosaico sirio vamos a ser iguales ante la ley", nos contaba George Sabé, de los maristas azules de Alepo, en aquel momento. La situación, teniendo en cuenta el pasado yihadista del nuevo presidente Al Sharaa, no parecía nada halagüeña para los cristianos. Un año después, hemos podido ver un acercamiento continuo de la nueva Siria hacia Occidente, aunque no renuncia a la Sharía, la ley islámica como inspiración para la legislación civil, el nuevo gobierno se ha esforzado en separarse de su pasado yihadista y mostrar una cara amable con las minorías, al menos de puertas afuera. A nivel interno, en cambio, la incertidumbre sigue siendo total.

"Estamos perplejos ante la política exterior e internacional de Al Sharaa, mientras que a nivel interno, los cristianos y las minorías nos sentimos muy inseguros", nos dice Sabé, con el que hemos vuelto a hablar un año después de la caída del régimen. A falta de un proceso constituyente, de unas elecciones libres y democráticas, los cristianos se sienten ignorados y piensan que no se les está invitando a la mesa para construir. mediante el diálogo, la nueva Siria

primeros pasos ambiguos, que abren la puerta a la esperanza

Aunque todavía no existe un documento ratificado, reconocido y oficial, sí que han trascendido ciertos apuntes del proceso constitucional, se sabe que la intención del gobierno es que la ley islámica sea la fuente principal jurídica en el país, algo que deja la puerta abierta a otro tipo de derecho, puesto que no dice que sea la única. También contempla la libertad religiosa y de culto, aunque con una ambigüedad que hace sospechar a las confesiones minoritarias: "siempre y cuando no afecten al orden público". Además, se ha comenzado a componer un parlamento, mediante unas pseudoelecciones en las que, unos comités, teóricamente independientes y representativos, han elegido a 140 de los 210 diputados. El resto, serán elegidos a dedo por el propio Al Sharaa. A falta de los diputados que elegirá el presidente, entre los 140 que ya conforman el parlamento, no hay ningún cristiano, lo que supone una nueva fuente de preocupación: "¿dónde están las minorías del país? ¿Serán solo los sunitas o se permitirá al resto de los ciudadanos ser considerados iguales ante la ley que los sunitas?", se pregunta Sabé.

Un año después, la incertidumbre y el conflicto siguen siendo la tónica en Siria: los kurdos controlan el nordeste, el ISIS tiene el control de zonas del interior muy importantes y ricas en recursos, los drusos controlan parte del sur, Israel ha entrado por los Altos del Golán y amenaza Damasco, incluso en la zona controlada por Al Shara, las matanzas de alawitas han sido una constante en la costa, especialmente en los primeros mese y, en el propio Damasco, un terrorista asesinó a casi una treintena de fieles cristianos al inmolarse en la Iglesia de San Elías. Nos hemos comprometido a hablar con Sabé el año que viene, para el que pide una única cosa: "Solo, solo ,solo la paz"