El Papa Francisco, ante los miles de jóvenes de la JMJ: "En la Iglesia hay espacio para todos"
La "Colina del Encuentro" se llenó de jóvenes de todo el mundo desde primera hora de la tarde para ver al Santo Padre que ha sido claro con ellos: "No están aquí por casualidad"
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Eran las 16h de la tarde y el céntrico parque Eduardo VII, con un altar gigantesco que preside la “Colina del Encuentro", ya estaba lleno de jóvenes que esperaban la llegada del Papa Francisco. Jóvenes llegados de todo el mundo comenzaron a tomar la colina desde primeras horas de la mañana, algunos hasta siete horas antes del inicio de la ceremonia que ha presidido el Papa Francisco, que llegó ayer, miércoles, a Lisboa.
Fue un auténtico baño de masas el que tuvo Francisco esta tarde en Lisboa. Desde el papamóvil, el Papa no paraba de saludar a los jóvenes que desde la Nunciatura y hasta el parque Eduardo VII lo han seguido cantando y bailando. Con gritos de "Queremos ver al papa" o "Aquí está la juventud del papa", decenas de miles de personas lo acompañaron durante su recorrido.
“¡Me alegra verlos! Y también me alegra escuchar el simpático alboroto que hacen y poderme contagiar de su alegría. Es hermoso estar juntos en Lisboa”, han sido las primeras palabras del Papa ante los miles de jóvenes que participan estos días. Francisco lo ha dicho claramente al principio de su discurso: “Amigos, no están aquí por su casualidad. El Señor los llamó, no sólo en estos días, sino desde el comienzo de sus vidas. Sí, Él los ha llamado por sus nombres”.
“Al principio de la trama de la vida, antes de los talentos que tenemos, de las sombras y de las heridas que llevamos dentro, hemos sido llamados. Hemos sido llamados porque somos amados. A los ojos de Dios somos hijos valiosos, que Él llama cada día para abrazar y animar; para hacer de cada uno de nosotros una obra maestra única y original, cuya belleza sólo podemos vislumbrar”, ha dicho Francisco.
El Papa ha pedido a los jóvenes que estos días de la JMJ “sean ecos vibrantes de la llamada amorosa de Dios, porque somos valiosos a sus ojos, a pesar de aquello que a veces ven nuestros ojos, empañados por la negatividad y deslumbrados por tantas distracciones”.
Asimismo, Francisco ha sido claro: “Tu nombre es conocido, aparece en las redes sociales, se elabora por algoritmos que le asocian gustos y preferencias. Pero todo esto no interpela tu unicidad, sino tu utilidad para los estudios de mercado. Cuántos lobos se esconden detrás de sonrisas de falsa bondad, diciendo que saben quién eres, pero que no te quieren; insinúan que creen en ti y te prometen que llegarás a ser alguien, para después dejarte solo cuando ya no les interesas más. Son las ilusiones de lo virtual y debemos estar atentos para no dejarnos engañar, porque muchas realidades que nos atraen y prometen felicidad después se muestran por aquello que son: cosas vanas, superfluas, sucedáneos que nos dejan vacíos por dentro”.
Durante su discurso, Francisco ha tenido la posibilidad de responder a algunas cartas de jóvenes que le llegaron en los días anteriores a la JMJ, cartas donde los jóvenes afirmaban sentirse excluidos o no aceptados en los lugares de la Iglesia: “Amigos, quisiera ser claro con ustedes, que son alérgicos a la falsedad y a las palabras vacías: en la Iglesia hay espacio para todos, todos, todos, no sobra nadie".