El cardenal Advincula, una "bendición" para la archidiócesis de Manila

El cardenal Advincula, una "bendición" para la archidiócesis de Manila

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"Un regalo" y "una bendición". Estas han sido las expresiones más repetidas por los obispos filipinos a la hora de valorar el nombramiento por el Papa Francisco, este 25 de marzo, del cardenal José Fuerte Advincula, hasta ahora arzobispo de Capiz, como nuevo arzobispo de Manila. La sede capitalina estaba vacante desde febrero de 2020, fecha en la que el anterior pastor, el también cardenal Luis Antonio Tagle, fue llamado a Roma para ponerse al frente de la Congregación de la Evangelización de los Pueblos. Desde entonces ha estado a cargo del obispo auxiliar Broderick Pabillo, de 65 años, que ha actuado como administrador apostólico. "Estamos felices por nuestro nuevo pastor y ansiosos por recibirlo", ha dicho Pabillo. Las campanas de la catedral de la Inmaculada Concepción repicaron el día 25 en señal de júbilo por el nuevo pastor.

El cardenal Advincula, una "bendición" para la archidiócesis de Manila

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El obispo Ruperto Santos, de la diócesis de Balanga, ha calificado la elección como "una gran bendición para Manila". El cardenal es un "pastor dedicado y devoto", ha dicho. Para Arturo Bastes, emérito de Sorsogon, quien lo describe como "una persona muy amable, dispuesta, alegre, de gran inteligencia y profunda espiritualidad", su designación es "una muy buena noticia". "Su personalidad y formación lo convertían en la mejor opción", opina. José Elmer Mangalinao, de Bayombong, se ha referido a él como "un regalo apropiado de la Iglesia local de Capiz a la Iglesia local de Manila". Y el obispo Rex Alarcón, de Daet, ha dicho que "le aseguramos a él, nuestro hermano mayor, nuestras oraciones, solidaridad y apoyo, y agradecemos al Papa Francisco su nombramiento".

33º arzobispo de Manila

Advincula también ha agradecido al Santo Padre su designación. "Acojo este nombramiento como una bendición no solo para mí, sino para todos los fieles de la archidiócesis de Capiz y para toda Filipinas. Pido a los fieles y a los religiosos que recen por mí y yo rezaré por ellos", ha afirmado en AsiaNews. Otra agencia de noticias, Vatican News, de la Santa Sede, lo entrevistó con ocasión de su creación como cardenal en el consistorio del 28 de noviembre, al que no pudo asistir de manera presencial a causa de la covi-19. En esa entrevista dijo que las prioridades de su ministerio episcopal eran la presencia en las periferias y la educación de los jóvenes. "La pobreza es una de las razones de los problemas sociales y la escuela es el camino hacia el desarrollo, para que la gente pueda llevar una vida más digna", dijo.

Una vez tome posesión, el purpurado se convertirá en el 33º arzobispo de Manila en los 442 años de historia de la archidiócesis. La Iglesia filipina esta celebrando estos días el 500 aniversario de la evangelización del país.

Nacido el 30 de marzo de 1952 (este lunes cumple, por tanto, 69 años) en Dumalag, archidiócesis metropolitana de Capiz, monseñor Advincula fue ordenado sacerdote el 14 de abril de 1976. Estudió Psicología en la Universidad de La Salle de Manila, y Derecho Canónico en la Pontificia Universidad Santo Tomas de Aquino de Manila y en el Angelicum de Roma. Fue Rector del Seminario San Pío X de Capiz (1995) y párroco de Santo Tomás de Villanueva en Dao (1999). Juan Pablo II lo nombró obispo de la diócesis de San Carlos el 21 de julio de 2001, siendo consagrado el 8 de septiembre de ese mismo año. Estuvo en esa sede hasta el 9 de noviembre de 2011, fecha en la que Benedicto XVI lo hizo arzobispo de Capiz, en la provincia de Negros Occidental, su destino hasta ahora. En la Conferencia Episcopal ha sido miembro de las Comisiones de Doctrina de la Fe y de los Pueblos Indígenas.

El Papa Francisco lo creó cardenal en su último Consistorio. Advincula se convirtió ese día en el noveno purpurado filipino, tras Orlando Quevedo, Luis Antonio Tagle, Gaudencio Rosales, José Sánchez, Ricardo Vidal, Jaime Sin, Julio Rosales y Rufino Santos.