Santa Teresa, el grupo de acogida a mujeres divorciadas: "Tu esquema de vida se destroza y no sabes si tienes culpa o podrías haber hecho algo"
Mercedes y Lidia, pertenecientes a este grupo eclesial, explican en 'Ecclesia al día' que el objetivo de Santa Teresa es acompañar "a aquellas mujeres que su matrimonio se ha roto y necesitan ese abrazo de la Iglesia"
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Cada vez se producen más separaciones y divorcios en nuestro país. Para acompañar a las mujeres que han vivido estas situaciones complicadas en sus matrimonios, se ha creado el Grupo Santa Teresa. Mercedes Carrascosa y Lidia Díaz forman parte de este grupo donde estas mujeres se sienten acogidas por la Iglesia.
“Lo que hacemos es acoger a aquellas mujeres que su matrimonio se ha roto, su familia se ha desestructurado y necesitan sentirse acompañadas y ese abrazo de la Iglesia. Transmitir que hay esperanza y vida después de una separación”, sostienen en 'Ecclesia al día'.
"Es un apoyo no desde la lástima y de no ser juzgada”
La dinámica del Grupo Santa Teresa funciona como una terapia donde las mujeres se reúnen una vez al mes. Hay tiempo para la adoración y oración, pero también para compartir vivencias: “Es un acompañamiento para que no se sientan solas en estas situaciones tan difíciles y dramáticas”, han subrayado.
“Al final es poner tu vivencia, tu dolor, tu situación personal, familiar o económica en un grupo en el que todo el mundo está pasando por lo mismo, y nos sentimos comprendidas, es una forma de terapia en la que te sientes querida, atendida, escuchada... Nos damos consejos, acompañamos a alguien cuando tiene dificultades. Es un apoyo no desde la lástima y de no ser juzgada”, han agregado Mercedes y Lidia.
El sentimiento de culpabilidad de las mujeres divorciadas
Pese a que el Grupo Santa Teresa no está adscrito a ninguna parroquia, ejercen como intermediarios entre la parroquia y las posibles beneficiarias de este acompañamiento: “Hacemos de enlace con la parroquia para ofrecer este grupo a quien se quiera sentir acompañada”.
Además, están presentes en los cursillos prematrimoniales con el fin de “ayudar, asesorar e iluminar el camino del matrimonio y convivencia”, han detallado.
Cuestionadas si todavía actualmente las mujeres divorciadas se sienten juzgadas socialmente, Mercedes y Lidia opinan que ante la visión de que “cuando te casas es para toda la vida, cuando hay problemas en el matrimonio tu esquema de vida se destroza, y no sabes si tienes culpa o podrías haber hecho algo. A veces no quieres ni hablarlo porque no te sientas segura y te preguntas por qué yo”.