El "poder comunicativo" de la identidad del Papa y la nueva era de la Inteligencia Artificial

Alberto Chinchilla, cofundador y director de "be shared" profundiza en la identidad digital del Papa Benedicto XVI y el Papa Francisco

Alberto Chinchilla

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Fue en el año 2012 cuando el Vaticano decidió que el Papa Benedicto XVI debía tener un perfil en la red social Twitter (hoy llamada X) para acercar la palabra de la Iglesia Católica a todos los cristianos y no cristianos en el mundo. Los primeros meses de la activación de la cuenta no fueron satisfactorios, ya que la mayoría de mensajes que recibía @Pontifex a través de Twitter no eran de agrado. Perfiles no identificados, trolls y bots, buscaban reiteradamente boicotear la cuenta. De hecho, se planteó si tenía sentido seguir con la cuenta de Pontifex abierta…, pero poco a poco se fue reduciendo esa intensidad y empezaron a destacar más los mensajes positivos de personas que desde diferentes partes del mundo agradecían y compartían los mensajes del Papa a través de esta red social.

Hay que recordar que hasta la apertura de la cuenta de Pontifex en Twitter en 2012, únicamente el Vaticano contaba con una página no oficial en Facebook que gestionaba una hermana que residía en el interior de la muralla vaticana. En los últimos viajes que realizó el Papa Benedicto XVI, durante su pontificado, a México, Cuba y El Líbano, se pudo observar el impacto que tenía la comunicación de su actividad a través de las redes sociales. Es ahí donde desde el Vaticano se dieron cuenta de que el Papa tenía que seguir firme en Twitter y evangelizar también desde estas “nuevas plataformas”.

El Cónclave del Papa Francisco, el primero en comunicarse a través de la Red

No obstante, fue el 11 de febrero de 2013, día en el que el Papa Benedicto XVI anunció su renuncia, cuando las redes enloquecieron con la difusión de la noticia y, en apenas pocos minutos, los ciudadanos del mundo conocían las palabras que primeramente había transmitido en latín a unos pocos periodistas congregados en un acto que no tenía que ver nada con el mensaje que les acabó transmitiendo: su renuncia. Digamos que a todos nos pilló desprevenidos.

Unos meses antes, varios cardenales, obispos o monseñores ya se habían unido a la red de Twitter creando sus propios perfiles desde los que transmitían mensajes alineados a los temas que les ocupaban en el Vaticano. A algunos de ellos pude ayudarles a definir su identidad digital y comenzar a trabajar los primeros mensajes que después compartirían en la red social que, de momento, limitaba la publicación a 140 caracteres. Fueron años en los que fueron apareciendo Instagram, Google+, Pinterest o Vine (años más tarde desaparecería, pero permitía crear vídeos en formato loop de hasta 8 segundos).

Tras la noticia del Papa y la llegada de los cardenales a Roma, comenzó a vivirse lo que sería el primer cónclave 2.0, el primer evento que se comunicaría desde el Vaticano para todo el mundo en tiempo real a través de Twitter. Lo que viví aquellos días a nivel personal y profesional me recordó a la experiencia de ‘Welcome to Barcelona B16’; la campaña de comunicación digital que desarrollé junto a mi equipo por aquel entonces en Barcelona y a un grupo de voluntarios, para transmitir los beneficios de la visita del Papa Benedicto XVI a la Ciudad Condal, con motivo de la consagración del templo expiatorio de la Sagrada Familia. En aquel noviembre de 2010 sería la primera vez que la Iglesia Católica realizaba una campaña de comunicación digital a través de las redes sociales. Todavía hoy se puede leer aquí el Caso de esta campaña que años más tarde presentaríamos en diferentes universidades.

Sin embargo, aquel 12 y 13 de marzo de 2013 los recordaré durante toda mi vida, ya que fueron dos días muy intensos para los cardenales en el interior de la Capilla Sixtina, pero también para los comunicadores que desde fuera intentábamos acercar lo que podía estar ocurriendo allí a personas de todo el mundo que nos seguían a través de las redes sociales. Nunca antes un evento de la Iglesia Católica había tenido tantos seguidores en tiempo real desde lugares tan diferentes. La elección del cardenal Jorge Mario Bergoglio como nuevo Papa fue una noticia que corrió como la espuma a través de las redes sociales. Fieles desde todos los rincones del mundo comenzaron a rezar por el nuevo pontífice, el Papa Francisco, el primer Papa latino como sucesor de Pedro. En este momento, recuerdo la campaña #PrayfoPope que lanzamos con el medio de comunicación Aciprensa para que las personas leyesen a través de la Red un fragmento de la Biblia y rezasen por el Papa Francisco, en aquellos primeros días de Pontificado.

El Papa Francisco comunica a una velocidad mayor que la Iglesia Católica

El Papa Francisco fue trabajando su identidad digital en coherencia a su identidad física. Su humildad, cercanía, sencillez y espontaneidad también la transmitía a través de las redes sociales. De hecho, ya los primeros días, tomaba su teléfono móvil para grabarse en vídeo y compartirlo con amigos suyos de Argentina. Desde un primer momento, continuó con el cambio que inició Benedicto XVI en las redes sociales introduciendo mensajes más sociales y humanos y reduciendo el número de tuits religiosos, con el objetivo de atraer a personas que hasta ese momento estaban alejadas de la Iglesia Católica. A esto se le sumó su lenguaje coloquial, que hizo que sus palabras fuesen comprendidas tanto por un niño de ocho años como por un señor mayor de noventa.

Jorge Mario Bergoglio es un gran comunicador y conoce a la perfección los códigos que se dan en cada uno de los canales. Siempre ha sido un fiel embajador de compartir a través de la Red mensajes de fe y esperanza. Muchas veces, los que trabajamos en el ámbito de la comunicación, hemos comentado que el Papa Francisco comunica a una velocidad mucho mayor de lo que lo hace la Iglesia Católica. Él siempre ha ido un paso por delante, marcando y allanando el camino, e invitándonos a “salir a las calles, ir a las periferias y hacer lío”. Su espontaneidad le ha hecho auténtico y ha humanizado tanto su figura que muchos vimos en él al nuevo Juan Pablo II. A través de Twitter ha lanzado diferentes mensajes para luchar contra cualquier barrera, injusticia o imposición, y siempre se ha mostrado comprometido con las causas sociales. De hecho, en varias ocasiones, se ha enfrentado a temas controvertidos sin temblarle el pulso, y esto le ha permitido ganarse la confianza tanto de personas de la Iglesia como de fuera de ella.

Sin ir más lejos, en agosto de 2014, y conjuntamente con el Pontificio Consejo de Cultura, lanzamos a través de las redes sociales la campaña #PauseforPeace, solicitando un minuto de silencio para frenar la tensión que se estaba viviendo en Oriente Medio, donde estaban asesinando a cristianos inocentes. Este minuto de silencio se pidió a través de las redes sociales aprovechando que se disputaba la final del Mundial de Fútbol de Brasil entre Argentina y Alemania. La campaña buscaba recoger la voz de personas de todo el mundo que se sumasen a esta campaña que tenía como objetivo que durante la final del mundial se guardase un minuto de silencio por la paz. Hasta el Papa Francisco se sumó a la campaña en su discurso durante el Ángelus del mismo domingo de la final, pidiendo a todos los asistentes en la plaza de San Pedro guardar ese minuto de silencio.

El Papa Francisco siempre ha sido conocedor de la magnitud que podían tener los menajes a través de la Red, por ello siempre se ha mostrado con una actitud proactiva ante este tipo de ejercicios. Debemos recordar que es el Papa que más entrevistas ha concedido a medios de diferentes nacionalidades, y que además ha participado en distintos formatos como el documental del Papa Francisco en Disney+ ‘Amén. Francisco responde’, en el que el líder de la Iglesia Católica se reúne con diez jóvenes de diversas edades y procedencias, y trata de responder a todas sus inquietudes y preocupaciones.

"No reaccionar ante comentarios de haters"

En varias ocasiones, el Papa Francisco nos ha recordado que no basta con simplemente “estar conectados y únicamente pasar por las calles digitales”, sino que la conexión debe ir acompañada de un verdadero encuentro. No podemos vivir solos, encerrados en nosotros mismos. De hecho, a través del Dicasterio de Comunicación del Vaticano, ha pedido este último verano a los sacerdotes que eviten publicar en las redes sociales contenidos que exacerben "las divisiones" y agraven "los prejuicios", al tiempo que ha instado a toda la Iglesia a "guardar silencio" antes que "alimentar las discusiones" en Internet. El Vaticano, a través de un texto titulado 'Hacia una presencia plena', facilitó unas pautas y recomendaciones a todos los perfiles de la Iglesia Católica para que hagan un uso responsable de las #redessociales. Y el Papa recordó que ante los haters o trolls, lo mejor es "no reaccionar o reaccionar con el silencio para no dignificar esta falsa dinámica".

El Papa avisa de los peligros que nos acechan con la Inteligencia Artificial si no se regula rápido

Este último año, hemos podido observar diferentes recreaciones de la imagen del Papa Francisco realizadas con herramientas de Inteligencia Artificial (IA), en la que se podía observar a una persona con un particular parecido al Papa Francisco en algunos casos, debido al perfeccionamiento que se está dando en la programación de algoritmos y al uso irresponsable de estas plataformas). A través de las redes sociales, fueron muchos los que en un primer momento quedaron perplejos cuando vieron estas imágenes, pero después se dieron cuenta de que se trataba de un fake. Vivimos en una nueva era en la que el mundo es 100% algorítmico, y en el que todavía no hay una legislación que frene y denuncie este tipo de prácticas, por lo que una identidad digital tan popular como la del Papa está sujeta a este tipo de riesgos a través de la Red. Bulos, rumores, fake news, suplantación de la identidad, ciberataques a las cuentas de Twitter o Instagram, o alteración de las imágenes son algunos de los peligros a los que está expuesto en este escenario digital. En esta línea, el Papa Francisco ya advirtió unos meses atrás de esta situación, manifestando el peligro de reducir las relaciones humanas a meros algoritmos y exhortó a los legisladores a mantenerse atentos ante la propaganda partidista que fomenta las divisiones a través de las redes sociales.

Se espera, además, que durante la próxima Jornada Mundial de la Paz, que se celebrará el 1 de enero de 2024, advertirá de la necesidad de estar vigilantes y de trabajar para que no arraigue una lógica de violencia y discriminaciónen la producción y uso de tales dispositivos, a expensas de los más frágiles y excluidos. Asimismo, el Papa Francisco también pedirá impulsar un uso ético de la Inteligencia Artificial, reforzando el mensaje de “la urgencia de orientar de manera responsable la concepción y el uso de la IA, para que esté al servicio de la humanidad y de la protección de nuestra casa común”.

Francisco es un referente también en el continente digital

El Papa proyecta una identidad digital coherente tanto en Twitter a través de mensajes concisos, directos y claros; como también mediante Instagram, donde refuerza su humanidad a través de las imágenes. Él es así tanto dentro como fuera de las redes. El empleo de metáforas, ejemplos cotidianos en sus tuits y el tratamiento de temas de actualidad han hecho que sea una de las voces más esperadas por la comunidad de Twitter cuando se da un tema de repercusión internacional, como está siendo ahora los ataques en Israel y la Franja de Gaza. Francisco sabe del valor de sus palabras y como buen comunicador está siempre en guardia para ayudar a los más vulnerables con su oración, pero también con su cercanía, fe y esperanza a través de los constantes mensajes.

Quisiera cerrar este artículo en el que he hecho un recorrido a cómo el Vaticano ha ido trabajando su comunicación digital y el Papa Francisco ha ido forjando su identidad en las redes sociales, mencionando unas palabras suyas que me hicieron reflexionar al respecto; “Ojalá que nuestra comunicación sea aceite perfumado para el dolor y vino bueno para la alegría. Que nuestra luminosidad no provenga de trucos o efectos especiales, sino de acercarnos, con amor y con ternura, a quien encontramos herido en el camino. El interés y la presencia de la Iglesia en el mundo de la comunicación son importantes para dialogar con el hombre de hoy. Debemos comunicar desde el corazón”. Como comunicadores debemos agradecer al Papa Francisco por iluminarnos en el camino y enseñarnos a que nosotros también podemos crear un mundo mejor, acercando los mensajes de bien a un número mayor de personas a través de las redes sociales, desde el respeto, la humildad y la tenacidad.


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