Pedro Escudero, restaurador de arte en Jerusalén: "Ver la emoción de toda la comunidad cristiana al ver la imagen restaurada me llena de orgullo"
El artista español que ha sido encargado de devolver a su estado original el 'Ecce Homo' vandalizado y otras valiosas obras del Museo de Tierra Santa
Pedro Escudero restaura de forma voluntaria los tesoros de Tierra Santa
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Hace unos meses, la imagen de un Cristo flagelado fue vandalizada en Jerusalén, un acto que conmocionó a la comunidad cristiana. Hoy, la obra ha recuperado su esplendor gracias al trabajo del restaurador español Pedro Escudero, quien ha compartido los detalles de su labor en el programa ‘Ecclesia al día’ de TRECE. Su intervención no solo ha reparado el daño físico, sino que ha devuelto un símbolo a su lugar en el convento donde, según la tradición, fue flagelado Cristo.
Un voluntariado que lo cambió todo
Lo que comenzó como un viaje de placer a Jerusalén hace tres años se convirtió en una vocación. “Yo tengo que volver aquí y saber lo que es vivir y conocer el día a día de Jerusalén”, se dijo a sí mismo. Movido por ese impulso, Escudero se puso en contacto con el Museo de Tierra Santa, gestionado por los franciscanos, y se ofreció como voluntario. Este fue el inicio de una estrecha colaboración que ya dura tres años, durante los cuales ha trabajado en numerosas piezas de orfebrería y escultura.
El Ecce Homo regresa a la Iglesia de la Flagelación en Jerusalén
El reto de restaurar en Tierra Santa
El trabajo de un restaurador, como él mismo matiza, no es el de un artista. “No tienes esa libertad de creación y te tienes que ceñir a cómo es la pieza”, explica. Esta máxima implica una gran responsabilidad, ya que no se pueden añadir elementos nuevos que confundan a los historiadores. A esta complejidad se suma la dificultad de trabajar en Israel, donde, según Escudero, hay una notable “falta de materiales de restauración” y los profesionales especializados en escultura de madera o pintura son prácticamente inexistentes.
De todas las obras en las que ha intervenido, la restauración del Ecce Homo vandalizado ha sido la más emocionante para él. La pieza, además de su valor artístico, tiene una profunda carga simbólica al marcar el comienzo del Vía Crucis. Ser testigo de la reacción de la comunidad cristiana al ver la obra recuperada ha sido su mayor recompensa: “Ver la emoción de toda la comunidad cristiana de Jerusalén, pues para mí eso me llena de placer, de orgullo”.
Pedro Escudero restaura de forma voluntaria los tesoros de Tierra Santa
Un vínculo secreto con el artista
Pasar horas frente a una misma obra permite descubrir detalles invisibles para otros. Escudero relata cómo este proceso crea “una especie de vínculo con esas piezas”. Gracias a esa dedicación, ha encontrado sorpresas como la firma oculta de un escultor o, en una custodia austriaca, el nombre de una mujer orfebre, un hallazgo “muy extraño” que aporta nuevos datos para la investigación del origen de estas obras de arte sacro.
Cuando no está en Tierra Santa, el día a día de Pedro Escudero transcurre en su taller de Valladolid, donde se dedica igualmente a la conservación y restauración, especialmente para cofradías. Reconoce que el ritmo se intensifica al acercarse la Cuaresma, aunque algunas hermandades previsoras “ya en septiembre se ponen las pilas”. A pesar de que su profesión vive un “rejuvenecimiento”, Escudero advierte de las dificultades: en España tenemos la suerte de tener “muchísimo patrimonio, pero no tener el dinero para poder pagar estas restauraciones”.
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