Dos jóvenes que dejan todo para ser sacerdotes: “Dios me pedía mi vida en exclusiva”

Jacobo Vázquez y Álvaro Pérez, del Seminario Conciliar de Madrid, han dado testimonio de su vocación en el programa Ecclesia de TRECE

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Este domingo 19 de marzo, además del día del Padre y la fiesta de San José, la Iglesia celebra el Día del Seminario. Este año, la jornada lleva el lema ‘Levántate y ponte en camino’, como una llamada a la iniciativa vocacional. En nuestro país, los últimos datos señalan que hay 974 seminaristas mayores en los seminarios diocesanos y centros de formación, de los que 172 han dado el paso en este curso. En el programa ‘Ecclesia’ de este domingo hemos querido conocer más de cerca la historia y las razones que llevan a estos jóvenes a dejarlo todo para seguir a Dios, a través del testimonio de Jacobo Vázquez y Álvaro Pérez. Ambos son seminaristas del Seminario Conciliar de Madrid, que cuenta actualmente con 84 candidatos al sacerdocio.

Jacobo considera que está en el seminario porque Dios le ha llamado. “Tuve un encontronazo muy fuerte con Él en un viaje a Colombia y, años después, dándole cancha abierta descubrí que me llamaba para ser enteramente suyo”. Una vez de vuelta en España, un amigo le invitó a Hakuna, donde maduró la fe nacida en aquel viaje. “Me ha gustado haber vivido este este recorrido dentro de esta realidad porque me he sentido muy acompañado. Además, Dios no me llamaba solo, entramos juntos 5 amigos”.

La familia de este joven vivió su decisión por partida doble, ya que Jacobo dio el paso de ingresar en el seminario junto a su hermano pequeño. “Fui a contarle que me metía en el seminario, y me dijo ‘¡Anda, yo también!’. Ahora lo tengo a dos habitaciones de distancia, no me lo quito de encima”, bromea Jacobo.

Álvaro, por su parte, se encuentra en el quinto curso del seminario. Tras tres años preguntándole a Dios sobre el futuro que quería para él, hizo una experiencia misionera en Perú. “Allí yo era feliz, entregándome a los demás, anunciando el Evangelio…”. La carta de una amiga suya, le hizo acercarse a la capilla, donde entendió que Dios le pedía su vida en exclusiva y la llamada al sacerdocio. Sin embargo, la llamada no estaba exenta de sentir miedo. “Mentiría si dijera que no me da vértigo la vocación al sacerdocio, pero a día de hoy vivo ese miedo confiado en el Señor, con responsabilidad… y muy contento”, explica Álvaro.

Pero, ¿qué dificultades o preocupaciones pueden afrontar estos jóvenes seminaristas en su día a día? “Aceptarme a mí mismo, uno tiene tanto la mirada sobre sí que no se da cuenta de lo que Dios hace en mi vida”, explica Álvaro. Para Jacobo, en el seminario viven muy bien y no tienen grandes dificultades, aunque diariamente tengan que mirar de frente su fragilidad y debilidad. “Dios hace maravillas con ellas”.

Sobre el lema del Día del Seminario de este año, ‘Levántate y ponte en camino’, explican que ellos responden a un Dios que les ha levantado, como a otros tantos, de la mediocridad. Sus testimonios son ejemplo de las experiencias y realidades en las que los jóvenes están descubriendo la llamada de Dios y encontrando las respuestas de su vida.

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