El cardenal Marto en la vigilia de la PEJ: "¡Llevad con fuerza al mundo el testimonio de la vida cristiana!"

El enviado especial del Papa Francisco para este encuentro recuerda que "la historia de amor con Jesús es una historia de vida que quiere mezclarse con la nuestra"

Por Redacción Religión

Tiempo de lectura: 3' Actualizado 23:46

En un ambiente festivo, pero en clima de oración, los más de 12.000 jóvenes participantes de la PEJ se han reunido en la noche del 6 de agosto en el El Monte do Gozo para rezar por los frutos de este encuentro.


“Me alegro de veros aquí, tan numerosos. Os habéis puesto en camino desde vuestros países. Ciertamente con sacrificio y cansancio, todos movidos por el deseo de fortalecer la amistad con Dios y con los hombres, y de dar una nueva vitalidad a vuestra fe, a vuestra vocación y a vuestro testimonio de cristianos en el mundo de hoy”. Así les ha hablado el cardenal Antonio Marto, enviado especial de Papa Francisco para este encuentro europeo que se celebra en Santiago de Compostela. Los miles de jóvenes que estaban congregados disfrutando de la música, han recibido al cardenal —y al resto del episcopado español presente—, con un sonoro aplauso y cánticos ilusionados que se han tornado en actitud de orante al comenzar la vigilia.


La mirada que llega al corazón

“La mirada de Jesús no es una mirada neutra, anónima, fría, distante, superficial. Más bien es una mirada intensa, llena de afecto, ternura, solicitud y compasión que crea reciprocidad. Él siempre mira con los ojos del corazón y llega al corazón de cada uno”, les ha dicho el purpurado portugués fijando su mirada en los jóvenes.

En el momento de la adoración ante Jesús Resucitado presente en el signo eucarístico del pan consagrado, el cardenal ha invitado a los jóvenes a preguntarse: “¿Cuál es la mirada de Dios sobre mí hoy? ¿Sientes, en tu corazón, que es una mirada de elección? ¿Estás dispuesto a acogerlo, incluso si te sientes indigno?"


Comunión de vida con Él

La primera llamada, ha dicho, es a estar con Él, “experimentar la comunión de vida con Él, conocerlo en una relación personal, conocer su mensaje y su misión”. Porque la vida que Jesús nos da “es una historia de amor, una historia de vida que quiere mezclarse con la nuestra y echar raíces en la tierra de cada uno.... Es una invitación a ser parte de una historia de amor que se entrelaza con nuestras historias para que podamos dar frutos donde somos, como somos y con quienes estamos”.

El cardenal Marto ha recordado las palabras del Papa Francisco: “Jóvenes, no renunciéis a lo mejor de vuestra juventud, no os quedéis mirando la vida desde el balcón. Por lo tanto, les ha pedido: ¡Dad a vuestra vida un proyecto bueno y hermoso en la amistad con Jesús!”.


No tengáis miedo

Por último, el purpurado ha explicado que al lugar a dónde envía Jesús “no hay fronteras, no hay límites: nos envía a todas las personas. El Evangelio es para todos, y no sólo para unos pocos... No tengáis miedo de ir y llevar a Cristo a todos los ambientes, hasta las periferias existenciales, incluso a los que parecen más lejanos, más indiferentes”.

En definitiva, ha insistido, “vivimos en una sociedad donde ser cristiano hace la diferencia. Se acabó la cristiandad, pero no se acabó el cristianismo. Hoy vivimos en un mundo plural y pluralista, con las más variadas propuestas de vida, muchas de ellas lejanas o contrarias al Evangelio. Como dijo Benedicto XVI y repite el Papa Francisco, “la fe crece no por proselitismo, sino por contagio”. Este contagio es el testimonio gozoso, valiente y radiante de una vida de fe consecuente. Es la santidad de la vida cotidiana, en gestos sencillos y concretos, cuya belleza el Papa Francisco nos invita a contemplar y practicar”.

"Aquí estoy"

Antes de concluir, el enviado especial del Papa ha profundizado sobre los tres verbos “ver, llamar y seguir” para recordar a los jóvenes que, en primer lugar, “Dios nos invita a ver con los ojos del corazón”.

En segundo lugar, “llamar con la fuerza de nuestro testimonio de vida cristiana, a otros jóvenes, nuestros amigos, que tal vez se alejaron o nunca tuvieron la oportunidad de acercarse a Él”. Finalmente, “seguir anunciando al buen Dios, que es Amor, y se hace presente en la vida de todos los que se cruzan con nosotros por medio de un simple abrazo, una caricia o simplemente un "aquí estoy".


"Me escondía de Dios"

Tras la intervención del cardenal Marto, llegaron los testimonios de los jóvenes. En primer lugar el de la hermana Leo: "Mis padres me han hecho el mayor regalo, transmitirme fe desde pequeña. La Iglesia de nuestro barrio era como nuestro segunda casa". Pero llegó la adolescencia y empezó a vivir una doble vida yque le fue separando de Dios: "Quedó relegado al cumplimiento para evitar conflictos con mis padres. Me dediqué a experimentarlo todo. Estaba vacía y necesitaba más. Me pasaba la vida aparentando ser quien no era".

Tras conocer a las hermanas, y tras varios acontecimientos que marcaron su vida, fue capaz de encontrar lo que Jesús quería. "no fue un gran encuentro, fue el encuentro verdadero, el que me hacía sentir plena".

El segundo testimonio, el de Willy, que pertenece a una comunidad de la Renovación Carismática. Tras una etapa marcada por las "máscaras" y de relaciones marcadas por las "dependencias y adicciones". Cuando cogió la "cruz y se puso en camino" hizo "que salieran unas cuantas heridas, pero gracias a esa conversión de carne y hueso fui sanando todas mis heridas y mi corazón".