Así ha sido el emotivo momento de exhumación y traslado de los restos mortales del Padre Gago

Reposarán a partir de ahora en la iglesia conventual de San Pablo de Valladolid: "Su proceso de beatificación avanza a buen ritmo"

Por Sara de la Torre

Tiempo de lectura: 2' Actualizado 12:07

El proceso de beatificación del padre José Luis Gago OP, Padre Gago, avanza a buen ritmo y hoy da un paso más con el traslado de sus restos desde el cementerio del Carmen en el que reposaban desde su fallecimiento el 22 de diciembre de 2012. El nuevo emplazamiento es la iglesia conventual de San Pablo en Valladolid donde, el 19 de junio de 2021, el cardenal Ricardo Blázquez abrió el proceso de canonización.

Tras la tramitación de los permisos civiles y canónicos, a las 9:00 horas de hoy, y en presencia del arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, se ha llevado a cabo la apertura de la actual sepultura y la exhumación del féretro. Tras extraer los restos se han introducido en un cubículo fabricado al efecto antes del traslado a su nuevo emplazamiento, la capilla del Santísimo, a la derecha del altar mayor de la iglesia de San Pablo donde ha sido reinhumado.


Además de Argüello, han asistido a esta exhumación y traslado el juez delegado de la causa, José Andrés Cabrerizo; y el notario de la archidiócesis, Jesús Alberto Bogónez. En representación de la Orden de los Dominios, ha estado presente el Provincial, fray Jesús Díaz Sariego, y el prior de San Pablo, fray Carmelo Preciado. También la postuladora de la causa, Alejandra Torres, el presidente de la Asociación Padre Gago, Rafael Ortega, dos médicos y una representación de la comunidad dominica y de su familia.

Nacido en Palencia en 1934, con solo diez años compartió con sus padres su vocación de ser dominico. Prácticamente, dicho y hecho, porque comenzó a formarse en el Monasterio de Coria, en Asturias. Más tarde fue a Cantabria, donde se pudo ver su espíritu de comunicación y de emprendedor, creando una academia de radio para estudiantes.

"La COPE la hemos hecho entre todos, vosotros, ellos, entre todos"

Su vocación era la de servidor de Dios, y su don la comunicación. En los setenta, cuando Radio Popular eran un conjunto de emisoras dirigida por las diócesis, fue uno de los que contribuyó decisivamente en tejer una COPE en cadena. Logró revolucionar la programación, adaptándola al tejido social, primero como director general de COPE y posteriormente como responsable de su programación religiosa.

Pero siempre trató restarse méritos, consecuencia de su extrema humildad. Prueba de ello fue cuando el 31 de marzo de 2000 recibió la Medalla 'Pro Ecclesia et Pontifice' concedida por el Vaticano a petición de la Conferencia Episcopal Española, donde revindicó el papel de tantas personas que construyeron COPE.

“En los momentos actuales en los que COPE es una realidad poderosa, una gran entidad, una gran vitola, una gran presencia y potencia social, podemos pensar que esto se ha hecho de una manera fragmentaria. Yo quiero ahora recuperar el recuerdo de tantos hombres y mujeres que con la COPE débil y pobre, con la COPE anónima, supieron mantener el tipo y soportar dificultades. Gracias a aquellos esto es lo que es. Quiero insistir en esto porque quienes los que estáis desde los años 80 y 90 podéis perder esa perspectiva creyendo que la COPE la habéis inventado vosotros. La COPE la hemos hecho entre todos, vosotros, ellos, entre todos. Esta COPE es la que tiene que seguir prestando ese servicio difícil de equilibrio inestable a la sociedad y a la Iglesia”, manifestó.