El arzobispo de Lima asegura que los hospitales de campaña anuncian cómo será el futuro de la Iglesia
Indica en Barcelona que el gran problema del mundo es la productividad, lo que necesita el mundo hoy en día es la capacidad de generar y dar vida, esperanza y felicidad
Arzobispo de Lima
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El arzobispo de Lima, Carlos Castillo Mattasoglio, defendió el pasado jueves que la acogida que se da en los hospitales de campaña que han aparecido en varios lugares del mundo “están anunciando cómo será el futuro” de la Iglesia. Lo dijo en la tercera edición de la Tribuna Joan Carrera, una iniciativa del Grupo Sant Jordi de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y El Punt Avui, con el apoyo de trece entidades.
Un centenar de personas cenaron escuchando a monseñor Castillo en la parroquia de Santa Anna de Barcelona, una iglesia en el centro de la ciudad que acoge a personas sin hogar en su hospital de campaña. Durante su charla dijo que en los hospitales de campaña “se hace mucho trabajo social” pero con un valor añadido y es que en un mundo donde se ha olvidado la belleza, delicadeza y buen trato, con estos hospitales de campaña «estamos ampliando otra vez este mundo de humanidad”.
También aseguró que “la nueva experiencia humana de dispersión y conflicto tiene que ser vivida como un clamor para unir la humanidad”, y tiene una receta fácil: “iniciar caminos de hermandad”. “El gran problema del mundo es la productividad, lo que necesita el mundo hoy en día es la capacidad de generar y dar vida, esperanza y felicidad”, ha concluido.
¿Quién es el arzobispo de Lima?
Carlos Castillo Mattasoglio, arzobispo de Lima, ha trabajado en la Pastoral Juvenil y en parroquias populares. Además de arzobispo de Lima, es Primado de Perú desde 2019. Testigo desde los inicios de la aplicación del Vaticano II y del surgimiento de la teología de la liberación, ha estado siempre atento a la evolución e interacción entre teología y pastoral. Ha hecho sus propias aportaciones en torno a la Teología de la Regeneración. Con sus homilías dominicales se ha convertido en la conciencia moral del país más allá de los avatares de los cambios políticos y sociales.