Diócesis de Tenerife: Una Iglesia en "estado permanente de misión"
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El seminario de Tenerife acogió el 11 de junio la última reunión plenaria del presente curso del Consejo Diocesano de Pastoral.
La jornada comenzó en la capilla, donde Juan Pedro Rivero guío la oración reflexionando sobre lo que denominó "salir sí, pero…," incidiendo en la llamada personal que nos hace Jesús. Una invitación que realiza a cada uno por su nombre: Ven, sígueme, aprende de mí.
Posteriormente, el obispo realizó una breve exposición, a partir de una homilía del papa Francisco, recordando que la llamada misionera supone permanecer "de pié, en silencio y en salida".
El trabajo central del CDP fue introducido y acompañado por el vicario general, Antonio Pérez, en dos momentos separados por una reunión de grupos. En su primera intervención, destinada a exponer el camino que se está siguiendo de cara a la misión diocesana, destacó los aspectos fundamentales del apartado de la Carta Pastoral del obispo con ocasión del nuevo Plan Pastoral: "Ellos salieron…Lo que significa salir". Pérez subrayo la importancia capital de renovar el encuentro con Jesús para poder ser mejor discípulo misionero. Ello hace posible recuperar la frescura del Evangelio, abrir nuevos caminos, potenciar métodos creativos, puesto que "no encerramos a Jesús en esquemas aburridos".
Hay que apostar- aseveró- por una Iglesia que no esté preocupada por ser el centro y enclaustrada en una maraña de obsesiones y procedimientos. Igualmente enfatizó a partir de la Evangelii Gaudium que solo puede ser misionero quien se siente bien buscando el bien de los demás, deseando la felicidad de los otros. Igualmente hizo referencia a la afirmación del papa de que "si solo se logra ayudar a una persona a vivir mejor, eso justifica la entrega de mi vida".
Los consejeros trabajaron por grupos en una reflexión sobre lo que serán las actitudes fundamentales, posibilidades y retos que supone la misión diocesana para ir visibilizando, a través de un puzzle, que las piezas de la misión encajan.
El segundo momento de la intervención el vicario general quiso centrar la atención en algunos aspectos importantes de una misión más paradigmática que programática, o sea, más permanente que ocasional, más centrada en la reforma de actitudes que solo en acciones, etc. Igualmente subrayó que la misión va avanzando, en una especie de elipse que tiene su origen, fuente y meta en Jesucristo, del que se parte y al que hay que volver constantemente.
Antonio Pérez quiso dejar claro que "la misión ya ha comenzado" y que, en este momento, sus destinatarios preferentes son los sacerdotes, las personas de la vida consagrada y los laicos especialmente comprometidos. En este sentido dijo: Los aquí presentes somos tierra de misión, estamos llamados a la conversión personal y pastoral para mejor servir, corresponsablemente, a la construcción del Reino de Dios.
El Obispo al final de la sesión hizo referencia a un discurso de Benedicto XVI sobre la cuestión de Dios hoy. "Es la cuestión de las cuestiones"- señaló. Pero, ¿cómo despertar la pregunta sobre Dios, para que sea la cuestión fundamental?
La cuestión sobre Dios se despierta en el encuentro con quien tiene el don de la fe, con quien tiene una relación vital con el Señor… Por eso dijo siguiendo al papa emérito, "no es menos urgente volver a proponer la cuestión de Dios también en el mismo tejido eclesial. ¡Cuántas veces, a pesar de declararse cristianos, de hecho Dios no es el punto de referencia central en el modo de pensar y de actuar, en las opciones fundamentales de la vida".
La sesión concluyó con el rezo del Ángelus
(Diócesis de Tenerife)