Comedor social Beato Padre Cristóbal de Mérida, un templo vivo de misericordia

Agencia SIC

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El 19 de diciembre de 2013 se inauguraba en Mérida el comedor social Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina, ubicado en la hostería del antiguo matadero.

Según el sacerdote Guillermo Díaz Manzano, consejero del centro, el comedor es sostenido por más de 500 socios que aportan una cuota mensual y ayudas extraordinarias de instituciones y personas particulares y está gestionado por las religiosas Hospitalarias de Jesús Nazareno, que se encargan también del centro Padre Cristóbal, de acogida a personas sin hogar, en la capital autonómica.

Aumento de la actividad

Cuando abrió las puertas se daban 35 comidas diarias y no había cenas. Posteriormente, viendo las necesidades se han ido aumentando las comidas, que llegan ya a 90 de lunes a viernes; a finales de 2014 se empezaron a dar también cenas, consistentes en un bocadillo y fruta que los usuarios recogen a mediodía, cuando terminan de comer. Tanto las comidas como las cenas las hace un catering.

El comedor no ofrece comidas a niños menores de 12 años, ya que cuentan con este servicio en los centros escolares, aunque sí les facilitan la cena. A partir de esa edad, y hasta los 18 años, no pueden acudir al comedor y le envían la comida a casa.

Ducha y ropero

Los martes y jueves hay servicio de ducha y ropero. Se entrega ropa y se les aportan objetos de limpieza a las personas que lo requieren. María González, trabajadora social del comedor, destaca que siempre ha habido lista de espera.

"Vienen -dice María- muchos parados de larga duración y familias numerosas sin recursos. También personas con algún problema de drogadicción, enfermedades crónicas, varones mayores de 45 años que cobran un subsidio y se les termina o una prestación por discapacidad pero que no les llega o divorciados que tienen que alquilarse una casa y pagar manutención a los hijos".

Voluntarios

Una de las cosas esperanzadoras es que hay lista de espera de personas que quieren implicarse como voluntarios. Actualmente hay 35 que se encargan de mantener las instalaciones limpias, servir las comidas y atender a los usuarios.

Existe una buena convivencia entre los voluntarios, que llevan a cabo convivencias y excursiones periódicas.

En el apartado de curiosidades cabe destacar que hay un par de plazas reservadas para personas que van de paso y que el comedor cuenta con un huerto cultivado por los propios usuarios, una tarea especialmente indicada para gente que tiene problemas de drogodependencia.

Reliquias

La Directora del comedor es la hermana Martina Pérez, religiosa Hospitalaria de Jesús Nazareno, que nos cuenta que este próximo domingo se llevarán a Guadalupe unas reliquias del Beato Padre Cristóbal de Santa Catalina acompañadas por voluntarios del comedor y fieles de distintas parroquias de Mérida.

(Archidiócesis de Mérida-Badajoz)