La sorprendente forma de este obispo de luchar contra el narcotráfico subido en un camión de bomberos

Mons. Jaramillo aspergió agua bendita desde un camión de bomberos en Buenaventura , Colombia, como signo de paz ante la violencia del narcotráfico

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El narcotráfico, las bandas violentas, la extorsión, la presencia de "casas de piques" (de tortura) y la muerte son algunas de las realidades que se encuentran en los barrios de la Diócesis de Buenaventura, en Colombia. Su obispo, Monseñor Rubén Darío Jaramillo, ha querido ayudar a combatir la situación de este territorio de más de 400.000 personas...a base de agua bendita. El prelado recorrió varios distritos de la diócesis - de más de 6.000 kilómetros cuadrados - a bordo de un camión de bomberos el pasado sábado rezando y aspergiendo el agua bendita sobre los fieles.

La imagen de San Buenaventura, patrón del territorio, acompañó al obispo en la comitiva. Con paradas de cerca de 15 minutos, Mons. Jaramillo combinó la oración con la bendición por el agua. Las comunas 1, 4, 5 11 y 12, las más sacudidas por la violencia fueron los lugares donde se detuvo el obispo para este ritual, según ACI Prensa.

El prelado recorrió los barrios más sacudidos en su diócesis por la violencia | Diócesis de Buenaventura

El prelado recorrió los barrios más sacudidos en su diócesis por la violencia | Diócesis de Buenaventura 

La necesidad de este curioso gesto del prelado emana de la situación de inseguridad que padece la ciudad. Tanto es así, que ese contexto afectaba hasta a los cristianos, religión mayoritaria en el lugar, para vivir su fe. Participar de la Eucaristía supone para muchas personas sufrir el riesgo de no volver a su casa, según declaraciones de Mons. Jaramillo a la Agencia Fides hace un mes.

"La comunidad me pidió que anticipara las misas del domingo a las seis de la tarde porque temen ser secuestrados o quedarse en la calle durante el toque de queda ilegal. Hay hombres con rifles que percorren por calles y barrios", aseguró.

Por esa razón, consideró que esta respuesta era la más apropiada a la violencia: limpiar la sangre de las calles con agua bendita. "Vamos, con todo el deseo de nuestro corazón, a derramar agua bendita, agua del cielo. Donde antes se derramó sangre, queremos que se derrame el agua de lo alto, que traiga consuelo, que traiga la paz y que traiga la concordia entre todos", afirmó durante el evento.

Otro de los mensajes del obispo de Buenaventura a Fides fue una llamada a denunciar esa situación. Subrayó, además, que se cuenta con el Estado para resolver estos problemas, así como con las organizaciones sociales y empresas privadas. Problemas como las alrededor de 54 muertes que han tenido que lamentar sólo este año.

"Hemos tenido 54 muertes violentas en lo que va del año, pero hay muchas personas que desaparecen. Y esto no se informa El problema es que todavía no existe una cultura de denuncia porque hay miedo, tenemos una sociedad que teme informar".

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