Francisco de Goya, el pintor que nunca abandonó su devoción a la Virgen del Pilar

Francisco de Goya siempre fue un devoto de la Virgen del Pilar. Sin embargo, se le ha considerado anticlerical. Hoy te contamos su verdadera historia

Víctor C. Bustillo

Tiempo de lectura: 3’

Francisco de Goya y Lucientes(Fuendetodos, Zaragoza, 1746-Burdeos, 1828), es uno de los grandes pintores de nuestra historia. Últimamente se le ha presentado como un anticlerical, dando a entender que tan sólo creaba obras pictóricas por puro afán comercial

Sin embargo, Antonio R. Rubio Plo contradice esta teoría, basándose en las raices del pintor aragonés.

¿Realmente fue un descreído escéptico?

Antonio Rubio, en un artículo publicado en la revista El Pilar, en el número de mayo, afirma que, en realidad, Goya siempre conservó su fe y tuvo mucha devoción por la Virgen del Pilar.

Francisco de Goya, nació en una familia cristiana. Su padre, José, trabajó como encargado de controlar las obras de la Basílica del Pilar, que a mediados del siglo XVIII seguía estando en construcción. Podéis leer aquí la historia del tiempo que duró la construcción de la Basílica.

Durante su infancia, el gran pintor aragonés acudió al colegio de los Escolapios de Zaragoza. Allí, mostró interés por el arte, quería dedicarse profesionalmente a dibujar. Francisco su familia vivieron cerca de la Basílica del Pilar, en la plaza de la Manteria. Cuando acompañaba a su padre a la Basílica, se quedaba impresionando con el estílo artístico, muy influido por el barroco italiano.

El joven Goya asumió dicho estilo para dibujar el fresco “Los ángeles adorando el nombre de Dios”, que pintó en 1772 para el coreto del Pilar.

En 1780, cuando ya trabajaba en la corte de Carlos III, acudió a Zaragoza, pues le encargaron la bóveda "Regina Martyrum”. Realizó un trabajo de mucha calidad, logrando que la bóveda quedara bonita. En ella están representados diversos santos mártires, casi todos aragoneses, presididos por la Virgen María.

Como, por entonces, Francisco de Goya y su familia ya no disponían de casa en Zaragoza, escribió a un amigo y compañero de colegio, Martín Zapater. Le pidió una vivienda donde, además de materiales de dibujo, necesitaba que tuviera “Una estampa de Nuestra Señora del Pilar... todo lo demás es superfluo”.

Sin embargo, por algún motivo la obra  "Regina Martyrum" no gustó a los canónigos. Quizá lo rechazaron por simples diferencias artísticas. 

A Goya le desilusionó que los canónigos despreciasen su trabajo. Por ello, pidió a su amigo Zapater que rezase por él ante la Virgen del Pilar: "Tengo muchas ganas de trabajar y, sin embargo, recibo muchos trabajos que me aburren".

Antonio Rubio afirma que: "Acaso esperaban algo más académico, como los habituales cosos casi inexpresivos del neoclasicismo vigente. En su lugar, Goya había desatado una apoteosis del color y la luz, iluminadores de los rostros de los mártires, llenos de la alegría y serenidad de quienes son conducidos por María al Paraiso". Pero, don Francisco de Goya nunca dejó de dibujar con gran pasiónTampoco abandonó su cariño y devoción a la Virgen María.

¿Por qué algunos han pensado que Goya era anticlerical?

En realidad, el gran pintor aragonés fue un hombre sabio e ingenioso que se codeó con la nobleza francesa, aunque no compartiera sus ideas: “Nunca compartió esas modas e ideas de París que pretendían arrinconar la religiosidad y la sabiduría populares, que eran tachadas de arcaicas”, cuenta Antonio Rubio.

En cualquier caso, la decepción no le hizo perder la fe. Además, difiere de los tópicos creados sobre Goya: “La sensibilidad artística y religiosa de la Bóveda del Pilar contrasta con el topico de de un Goya seco y rudo... Llama la atención de que, hacia 1771, pintara un lienzo en el que se representa a la Virgen del Pilar rodeada de ángeles, un cuadro, no de encargo, sino destinado a la devoción familiar...esta obra demuestra que el pintor era receptivo a las devociones vividas desde niño", explica Antonio.

Posiblemente, Francisco de Goya se sintió decepcionado por la incoherencia de muchos cristianos entre la fe y la vida. Por ejemplo, lo sucedido con aquellos canónigos que rechazaron su obra. Pero, realmente Goya nunca abandonó la fe, ni dejó de cultivar las pinturas religiosas. De hecho una de sus grandes creaciones pictóricas obras estaba por llegar.

En 1798, realizó la que se convirtió en una de sus obras maestras, decorando en Madrid la iglesia de San Antonio de la Florida. En la cúpula representó un milagro de San Antonio de Padua, santo al que está dedicada dicha iglesia.

En San Antonio de la Florida, Goya representó pictóricamente un momento de la vida del santo: cuando fue asesinado el padre de San Antonio. Cuenta la leyenda que San Antonio realizó un milagro tras preguntar por él. 

Francisco de Goya dibujó la escena de San Antonio situándola en Madrid. Aparecen personas populares de la época, vestidos con ropas de la epoca goyesca. Por ejemplo majas y chulapas, ect.  Los personajes contemplan el milagro de San Antonio desde una barandilla. Con esta obra, Goya acercó el milagro a las clases populares.

Hasta el fin de sus días, Goyacontinuó realizando obras de arte con cariz religioso. Tras la Guerra de la Independencia (1808-1803) pintó dos cuadros que, aunque cargados de dramatismo, muestran una intensa expresión mística y una profunda emoción religiosa: “La Oración en el Huerto” y “La última comunión de San José de Calasanz”.

Observando la creacíon pictórica de don Francisco de Goya, se puede comprobar que el topico de Goya como anticlerical,  seco y rudo es falso. Según Antonio Rubio: "La sensibilidad artística y religiosa de la Bóveda del Pilar contrasta con el topico de de un Goya seco y rudo... Llama la atención de que, hacia 1771, pintara un lienzo en el que se representa a la Virgen del Pilar rodeada de ángeles, un cuadro, no de encargo, sino destinado a la devoción familiar". 

Por ello, es demostrable afirmar que el gran pintór aragonés, uno de los grandes artístas de nuestra historia, a pesar de todas las dificultades que atravesó durante su vida, nunca abandonó la fe. Don Francisco de Goya realizó su obra guiado y protegido por la Virgen del Pilar.

Religión