Mes de octubre, mes del rosario

Mes de octubre, mes del rosario

Agencia SIC

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El mes de octubre es el mes dedicado al rezo del san­to rosario.

El rosario es la oración que los católicos hacemos a la madre del cielo para pedir su in­tercesión ante su Hijo por todas nues­tras necesidades y las de los demás.

Consta de cinco misterios, y cada uno de ellos se compone de un padrenuestro y diez avema­rías. Según los días de la semana, se evocan misterios de la vida de Cristo y de la Virgen: los lunes y los sábados se evocan los misterios gozosos, los martes y viernes los dolorosos, el jueves los luminosos y los miércoles y domingos los glo­riosos.

El avemaría tiene como dos par­tes: Una primera en la que se salu­da a María como la llena de gracia, se le felicita porque el Señor está con ella, se la proclama bendita entre todas las mujeres y se le fe­licita por el fruto de su vientre: Je­sús. Es, por lo tanto, una primera parte de alabanza y de felicitación a María, son piropos que dirigi­mos a la Madre de Dios y madre nuestra por haber sido elegida por Dios. La segunda parte es una ora­ción que dirigimos a María pidien­do su intercesión. Le pedimos que, como Madre de Dios, ruegue por nosotros que somos pecadores y lo haga siempre, pero especialmente en la hora de nuestra muerte.

El rezo del santo rosario ha sido, durante mucho tiempo, una devo­ción muy extendida en las familias católicas, podemos decir que era la oración de la familia porque se re­zaba en todas ellas, que cada día se reunían en torno al rezo del rosario, la familia entera: los padres y los hi­jos para elevar su oración a la madre. Así, en las familias se producía para todos, una verdadera experiencia de oración en familia.

Hoy, por desgracia, muchas fa­milias católicas no saben lo que es el rosario porque ya no han tenido experiencia ninguna en sus familias de origen del rezo del mismo, y por ello no lo rezan. No porque tengan algo contra él, sino porque no lo co­nocen y no lo han rezado nunca, ni en familia ni individualmente. Estas familias católicas, que hoy son, por desgracia, muchas, no rezan el santo rosario porque no rezan ni valoran la oración, porque no rezan ni el rosario ni hacen ningún otro tipo de oración.

El confinamiento en el estado de alarma de la pandemia de la COVID-19 nos ha obligado a estar juntos en casa toda la familia. Este pudiera haber sido un mo­mento im­portante para que, en las familias, hubiéramos rezado juntos el rosario a la Virgen, pidién­dole que atendiera nuestras oracio­nes y que le pidiera a su Hijo que terminara esta pandemia que tanto ha hecho y está haciendo sufrir a tantas personas y familias.

Necesitamos la protección de María como madre que cuide e in­terceda continuamente por sus hi­jos, y para ello hemos de pedirle. Un medio de pedirle a María su protec­ción e intercesión es el rezo del san­to rosario.

Las familias que tienen niños pequeños y como católicos quieren ayudarlos y educarlos en la fe, es muy importante que tengan una ver­dadera experiencia de fe en familia, experiencia que la tenéis garantiza­da si juntos rezáis, porque así estáis diciéndoles a vuestros hijos lo im­portante que es para vosotros como padres la oración y la intercesión de María. Los niños nunca se olvidarán de esta experiencia.

Es más, si el rezo del rosario com­pleto, porque no se tiene costumbre, resulta monótono, se puede comen­zar rezando un misterio o unos mis­terios y poco a poco rezarlo con los

cinco misterios. Si, además, cada uno de los misterios se aplican por intenciones y necesidades de la familia en cada momento, todos van a ver el sentido el rezarlo y rezarlo con devoción.

Necesitamos rezar a María para que interceda por no­sotros. A medida que lo hagamos con el rezo del santo rosario iremos tomando el gusto en hacerlo y lo haremos cada día con más facilidad y sentido

Hagamos en este mes de octubre esta experiencia fa­miliar de rezar el rosario en familia o, al menos, unos misterios y, sobre todo, en días que sean especialmen­te señalados para la familia. Nos haremos un gran bien unos a otros y, juntos en cada familia, viviremos y ayu­daremos a que los más pequeños tengan una verdadera experiencia de fe.

+ Gerardo Melgar

Obispo prior de Ciudad Real