Francisco de Asís y nuestro tiempo

Francisco de Asís y nuestro tiempo

Agencia SIC

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Este domingo celebramos la fiesta de San Francisco de Asís, el Pobre de Asís, un hombre del siglo XII, pero a la vez un modelo para nuestro siglo XXI.

Francisco, el hombre que busca sentido para su vida

Aquel joven alegre, divertido y amante de diversiones, hijo de un mercader de Asís, tenía la vida asegurada si continuaba el oficio de su padre. Participó en la guerra entre las ciudades de Asís y de Perusa, donde permaneció cautivo durante un año. Regresa enfermo a su ciudad, vive una experiencia de desorientación, habiendo perdido el gusto por la vida, y empieza su búsqueda personal. Toda una serie de hechos le ayudarán a descubrir qué quiere Dios para él. Renuncia a su herencia desnudándose ante el obispo de Asís y de su padre, y empieza una vida de ermitaño. Finalmente, después de escuchar la narración evangélica de la misión de los apóstoles, que no tenían que llevar nada encima, ni vestidos ni zurrón, que tenían que subsistir mediante la caridad y ofreciendo la paz, decide vivir radicalmente de este modo.

Francisco, el hombre plenamente identificado con Jesucristo

Es uno de los hombres de la historia que más ha encarnado el Evangelio, hasta identificarse plenamente con Jesús. Él es el hombre de la confianza en Dios, el hombre de la pobreza, humillado, sencillo, servidor de todos, pero sobre todo de los pobres, leprosos y otros enfermos.

También es el hombre de la plegaria intensa, de la contemplación, que pasaba muchas horas rezando. Tanto llegó a identificarse con la figura de Salvador que le fue concedida la gracia de los estigmas, las llagas de Cristo.

Francisco, el evangelizador

Francisco vivía el evangelio y lo proclamaba con su vida, pero también con su palabra, yendo por aquellos pueblecitos. Pero él quería convertir a los musulmanes, y, así, se embarcó hacia Egipto y se presentó al sultán ?al Malik al Kamil? con la intención de convertirlo. No lo consiguió, pero el sultán quedó impresionado y le dio un cuerno de marfil como salvoconducto para viajar por tierras musulmanas. Consiguió del sultán de Damasco el permiso para visitar Tierra Santa.

Recordando la devota peregrinación de Francisco, la Iglesia encargó, unos años después, la custodia de los Santos Lugares a los franciscanos, misión que ejercen actualmente.

Francesc, el verdadero reformador de la Iglesia

Ante la petición del Señor, "ve y restaura mi casa, que se está desmoronando", él interpretó que había que restaurar la capilla de San Damián. Pero lo que se tenía que restaurar o reformar realmente era la Iglesia, y así lo hizo con su vida evangélica, y siempre en comunión, nunca al margen o en contra.

Francisco, el hombre de la ecología integral

El Cántico a las Criaturas es una plegaria a Dios para darle gracias por las obras de su creación, como el "hermano fuego" y la "hermana agua". San Francisco compuso la mayor parte de su Cántico a finales de 1224, mientras se recuperaba de una enfermedad en San Damián. El Cántico mantiene hoy plenamente vigente su actualidad, y puede ser interpretado en el marco de la inquietud moderna del pensamiento ecológico. Francisco aprendió a contemplar los seres vivos y las cosas de una forma ingenua, sencilla, fraterna. Dejó de verlos desde el punto de vista del valor comercial, como se hacía en su tiempo y se continúa haciendo en gran parte hoy, para considerarlos criaturas de Dios y, por lo tanto, dignas de interés por sí mismas.

El papa Francisco inicia su encíclica ecológica Laudato sí? precisamente con el recuerdo de san Francisco y de su Cántico.

+ Francesc Pardo i Artigas

Obispo de Girona