Obispos argentinos condenan la trata: "Uno de los aspectos más oscuros de la historia contemporánea"

La Conferencia Episcopal Argentina recuerdan que la trata es una "degradante violación de la dignidad y los derechos humanos"

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El fenómeno de la Trata de Migrantes "es uno de los aspectos más oscuros de la história contemporánea, un fenómeno que trágica y lamentablemente aún persiste en la actualidad". Así se pronuncia, en su página web, la Comisión Episcopal de Inmigrantes e Itinerantes de la Conferencia Episcopal Argentina. Lo hacen con motivo del día Mundial contra la Trata de Personas, como actores religiosos, políticos y sociales.

La trata humilla a millones de seres humanos

También afirman que la trata humilla a millones de seres humanos en diferentes formas y situaciones, “especialmente a los más vulnerables de la sociedad”. Como escriben sus miembros, “es una degradante violación de la dignidad y de los derechos humanos de hombres, mujeres, niños y niñas”.

Y recuerdan al respecto cuanto afirmó Francisco, el 11 de abril de este año en su discurso a los participantes en la conferencia internacional sobre la trata de personas, organizada por la sección de migrantes y refugiados del Dicasterio para el servicio del desarrollo humano integral:

“La trata, daña gravemente a la humanidad en su conjunto, destrozando a la familia humana y al Cuerpo de Cristo… constituye una violación injustificable de la libertad y la dignidad de las víctimas, dimensiones constitutivas del ser humano deseado y creado por Dios, por lo que debe considerarse un crimen de lesa humanidad”… “si bien queda mucho por hacer, son dignas de admiración las numerosas iniciativas que se desarrollan para prevenir el tráfico, proteger a los sobrevivientes y perseguir a los culpables. ”

En cuanto actores religiosos, políticos y sociales afirman que están “llamados a compartir experiencias y conocimientos y a unir fuerzas en una acción sinérgica que involucre a los países de origen, tránsito y destino de las personas objeto de trata para garantizar resultados más incisivos y duraderos”.

Por todo esto concluyen recordando que piden “al Dios de la Vida el  coraje y la decisión de ser capaces de escuchar los gritos de auxilio de tantas hermanas y hermanos privados de su dignidad y de su libertad, y de acompañar, defender y solidarizarnos con ellos, descubriendo caminos hacia una solución pronta y duradera de este delito”.

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