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Ansu Fati no fue el único: El gran enfado de otro canterano del Barcelona con Flick por no jugar ante el Celta
El técnico del Barcelona, pese a la gran remontada ante los vigueses, tuvo que lidiar con los cabreos de Ansu Fati y Héctor Fort por no jugar y de Ferran Torres tras ser sustituido.
Flick se saluda con Jules Koundé tras la victoria del Barcelona ante el Celta este sábado.
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Ansu Fati no fue el único jugador del Barcelona que salió cabreado este sábado de Montjuic. Y eso que el equipo se llevó los tres puntos tras una épica remontada ante un Celta que en el minuto 62 ganaba por 1-3. El canterano Héctor Fort también se fue muy molesto del estadio y Ferran Torres tuvo otro calentón, aunque en su caso no fue por no jugar, pero si por dejar de hacerlo.
el enfado de ansu fati
Ansu Fati, después de calentar toda la segunda parte, y no contar con protagonismo se fue del campo pegándole una patada a una nevera y también a uno de los asientos del banquillo. Una reacción que llegó en el minuto 88 cuando entraron Pau Víctor y Eric García al terreno de juego en su lugar. Hay que recordar que en ese momento el Barcelona todavía no iba por delante en el partido. El delantero está muy molesto por su escaso protagonismo esta temporada.
Ansu Fati, muy enfadado, se sienta en el banquillo tras no contar con minutos
el cabreo de héctor fort
Pero sin duda lo más sorprenden fue lo ocurrido con Héctor Fort. El joven lateral derecho no está gozando de oportunidades y Koundé lo está jugando todo esta temporada. Tras el partido, un eufórico Flick compartía su alegría con sus jugadores, pero al intentar abrazar a Fort este le evitó el saludo con un gesto de desaprobación. El técnico alemán le habló al oído para intentar calmarle, pero el disgusto del futbolista era patente en las imágenes de televisión.
a ferran torres no le gustó el cambio
El primero en mostrar su descontento fue Ferran Torres, que había marcado el primer tanto del partido. El valenciano fue cambiado en el minuto 59. Al abandonar el campo, su gesto de disconformidad fue claro: con el rostro serio, no saludó al al cuerpo técnico, y se fue directo al banquillo sin mirar atrás y pateando un balón que se encontraba en esa zona.