Tercer susurro. Así es mi amado, mi amigo

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María Magdalena recuerda cómo Jesús les repetía muchas veces que tenían que aprender a mirar en el corazón de la otra persona, entender qué quiere decir cuando no encuentra las palabras, no juzgar sus actos a simple vista. Todo en una persona tiene su razón de ser, decía, hay que entender a las personas y solo se puede hacer desde el corazón. Accede a contenidos adicionales en: cope.es/susurros