El drama de la anorexia: "Temí por la vida de mi hija"
Pilar ha relatado cómo vivió el trastorno alimenticio de su hija

Las consecuencias de la anorexia: "Temí que mi hija hiciera una locura"
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La hija de Pilar tiene 21 años. Hoy es una chica feliz tras lograr recuperarse del trastorno alimentario que padeció durante su adolescencia. Pilar empezó a notar los síntomas cuando ésta tenía 14 años: "Empezamos a observar que estaba siempre de mal humor, dio un bajón importante en las notas, etc. Yo en un principio no le di importancia, porque lo atribuía a la edad."
Aquello fue a más, tal y como revela Pilar, por lo que desde el primer momento echó mano de sus familiares que se dedican a la psicología para dar con la tecla: "Cuando descubrimos el problema, no teníamos ni idea de cómo abordarlo. Durante aproximadamente un mes acudió a consultas externas, y ya posteriormente ingresó en la unidad de día, donde permaneció dos años y medio. Hace unos tres años le dieron el alta. Desde entonces es otra niña. Hemos recuperado a mi hija."
Un proceso de recuperación que no fue nada sencillo: "A mi hija le diagnosticaron bulimia nerviosa. Es decir, comer compulsivamente para luego expulsarlo para compensar. Aquello lo hacía por supuesto a escondidas. La anorexia es una enfermedad que los afectados tratan de ocultar por todos los medios, porque sienten vergüenza. Yo nunca vi cómo vomitaba. Sí que observaba que se daba muchos atracones. Yo pensaba que era propio de la edad, pero no. Eran episodios de ansiedad."
Pese a no sufrir sobrepeso, hubo un momento en el que la hija de Pilar engordó como consecuencia de la bulimia: "El vómito hace que te hinches y cojas peso. Fíjate qué curioso, que la primera semana que estuvo ingresada en la unidad de día, perdió dos kilos pese a hacer cinco comidas al día. La anorexia le hizo perder fuerza física, padeció anemia, arritmias cardíacas..."
El motivo que llevó a su hija a padecer anorexia no está determinado. Los factores pueden ser múltiples, aunque generalmente existe un detonante. En el caso de esta joven, fue el bullying que sufrió durante la pre-adolescencia: "Cambió de colegio y el ambiente no era propicio. Sus compañeros la tomaron con ella, y no paraban de llamarle fea, tonta... eso es muy peligroso, porque hace que convivas con una autoestima muy baja. Y en esas condiciones llegó a la adolescencia, cuando dio la cara ese problema que estaba latente."
La hija de Pilar fue una buena enferma, siempre dispuesta a recuperarse y a demandar ayuda. Pese a todo, el miedo estaba muy presente: "Pasamos varias noches en vela. Se pasa muy mal. No entiendes cómo una chica de 14 años, que debería ser feliz con sus amigos y su familia, esté sufriendo de esa manera. Yo además desconocía si el nivel de ansiedad de mi hija le podía llevar a cometer una locura, hasta el punto de quitarse la vida. No sería el primer caso."
El aspecto psicológico es lo primero que tratan los expertos a la hora de buscar soluciones. Generalmente, este trastorno se asocia a la comida, de manera que existe una creencia general de que a la anorexia se le vence comiendo. Pero detrás de esta patología hay ansiedad, estrés o depresión: "Para salir adelante, es necesario que haya una coordinación entre el paciente, los profesionales y la familia. Nosotros no podemos curarles, pero sí podemos estar cerca de ellos y darle todo el amor del mundo."
Una vez superado, Pilar reconoce que el trastorno de su hija ha hecho que ambas estén más unidas que nunca: “Yo he sacado muchas cosas buenas de esto. He llegado a tocar el alma hablando con mi hija, pese a la dureza. La vida es esto.”