Juan Ramón Amores: Como superar la fecha de caducidad.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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“EL ELA ME HA ENSEÑADO A VALORAR LA RUTINA”
Fue el 13 de noviembre de 2015 cuando a Juan Ramón Amores, actual director general de Deportes de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, le detectaron la enfermedad del ELA. Los médicos le daban menos de tres años de vida. Esa fecha se ha cumplido y aquí sigue, luchando cada día con la mejor de sus sonrisas: “Recuerdo que ese día lloré, vomité... pero al rato me puse la corbata y me fui a un acto con los chicos de Cruz Roja Española. Muchos me dijeron que me quedara en casa. No lo hice.”
Nos cuenta que a lo largo de este tiempo, en el que ha ido perdiendo movilidad y reflejos como consecuencia del ELA, ha caído al suelo unas diez veces. A veces, no se podía levantar: "Compito conmigo mismo. Compito contra mí mismo para mejorar día a día. Ya no pienso en el futuro, sino en vivir hoy, que es lo más bonito que tenemos. El mañana no existe, y hoy es el día más bonito de mi vida".
Juanra, que así le llama su gente cercana, confiesa además que el día que le diagnosticaron el ELA, apenas conocía lo que implicaba esta enfermedad: “El día que me dijeron que tenía ELA no sabía lo que era. Sabía que era malo, pero no mucho más. Es una enfermedad que le puede tocar a cualquiera. Un día estaba bien, saliendo con la bici, hasta que empiezas a notar cosas en tu cuerpo. Te enfrentas a una enfermedad que según la Organización Mundial de la Salud es de las más crueles que existe".
A partir de este momento, es cuando Juanra echaba de menos la rutina: “Me ha ayudado a darme cuenta de qué es lo más importante. Lo importante en la vida es la rutina, no los grandes sueños. Hay cosas que son gratis pero que no se disfrutan porque estamos más pendientes de lograr lo que no tenemos. Por ejemplo, llegar a un banco y sentarme, ponerme los auriculares y escuchar música y ver pasar la gente, son cosas que antes no disfrutaba. No pierdo ni un minuto para disfrutar de mis hijos. Antes podía esta con ellos pero no me daba cuenta de lo que les pasaba, no lo pensaba tanto. No valoramos lo importante que es sonreír en el trabajo, un buen abrazo o decir te quiero a tus seres queridos. Lo vemos como rutina pero es muy importante.”
Su obsesión e ilusión son sus hijos, y la enseñanza que puede dejarles de esta batalla: “Yo a mis hijos quiero dejarles una experiencia brutal, que disfruten de cada momento, porque nadie está a salvo de enfermedades, accidentes o guerras. No quiero dejarles dinero ni casas.”
Y es que la actitud positiva, cuenta Juanra, es uno de los secretos para seguir entre nosotros: “Estoy peor que hace tres años. Pero cuando voy al hospital veo que algunos están peor y otros más o menos nos mantenemos. No te puedo decir el por qué. Yo ahora hago lo que me apetece para ser feliz. No se si es una de las causas.
Para Juanra, su futuro a corto plazo es seguir peleando de forma incansable, con la ayuda de todos: “Si todos vamos de la mano y luchamos, seremos imparables.”