"¿Es todo un teatrillo para que unos y otros puedan seguir mareando la perdiz y así ganar tiempo un poco más ante un panorama electoral?"

¿Cómo va este Miércoles? Este 3 de diciembre fresquito, como manda un 3 de diciembre en el que no pasan de los 6 grados en Ávila, de los 9 en Teruel, los 10 en Jaén... y en el que estamos ya con la cabeza puesta en Navidad a 21 días de la Nochebuena.

Tenemos la mente puesta en el menú, en con quién vamos a sentar al cuñado, en los turrones -hablaremos de eso- o en los buenos propósitos que nos fijamos para el Año Nuevo. Cuánta falta nos hacen los buenos propósitos...

Un buen propósito podría ser, por ejemplo, confiar más en el de al lado. Aunque a veces no resulta fácil. Sobre todo porque la confianza es algo que cuesta mucho ganar y muy poco perder.

Confianza. Esa es la palabra. Dice la RAE, Confianza parlamentaria: “Relación que une al Gobierno con la mayoría parlamentaria que lo sustenta y cuya pérdida determina su cese”.

Pero la RAE no preside el Gobierno de España. Y por eso Pedro Sánchez insiste en echar el resto para intentar convencer a Puigdemont de lo bueno que es seguir juntos. Parece que no hay resultados. De momento.

Ya has escuchado a la portavoz de Junts en el Congreso, a Miriam Nogueras: Nada de lo anunciado por Sánchez cambia la posición de Junts. Estamos donde estábamos, que se supone que es en aquel trencar es trencar; romper es romper... Da igual, el PSOE insiste hoy en que la mano está tendida y en que seguirán trabajando para cumplir. ¿Para cumplir con quién? Pues de entrada, con Puigdemont.

¿Es todo un teatrillo para que unos y otros puedan seguir mareando la perdiz y así ganar tiempo un poco más ante un panorama electoral que podría ser complicado para unos -con Alianç Catalana disparada en la encuestas-, y para otros -conviviendo a diario con la sombra de la corrupción-?

Quién sabe. No me atrevo yo a decir qué pasará mañana. En cualquier caso, en el Gobierno y en el PSOE saben lo que es perder la confianza en alguien. Sobre todo, el presidente que ha tenido varios “presuntos delincuentes” en su círculo de confianza.

Además, la estrategia que está siguiendo el presidente no la ha inventado él. La inventó el fundador original del partido al que hoy trata de convencer. Jordi Pujol, el hombre del partido que inventó el 3%. El hombre que insiste en que todo lo malo deriva de una operación contra Cataluña. El que ha terminado sentado en el banquillo junto con toda su familia  que fue en símbolo en una Cataluña que tanto confío en los Pujol.

Lo dicho la confianza. Eso que cuesta tanto ganar... y tan poco perder".