Guillermo Moreno, misionero en Líbano: "El Papa trae una idea de esperanza y de paz"
El religioso de La Salle, que trabaja en el proyecto Fratelli, analiza el impacto de la visita del Pontífice en un país marcado por el conflicto y la crisis social
Madrid - Publicado el
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El misionero español de los hermanos de La Salle, Guillermo Moreno, ha analizado la visita del Papa al Líbano, un país que vive en un conflicto constante en el sur. Moreno, que lleva cinco años trabajando en el proyecto Fratelli con refugiados, considera que la presencia del Pontífice supone un balón de oxígeno para una sociedad castigada por la inestabilidad.
Un hombre de paz
La llegada del Papa ha sido recibida con gran alegría no solo por la comunidad cristiana, sino por todas las confesiones de un país que reconoce hasta 18. "Es algo que me sorprende, el respeto y el cariño que también los musulmanes tienen hacia la figura del Papa, porque lo consideran un hombre de paz", explica el misionero.
El hecho de que venga el Papa, pues, trae como una idea de esperanza, de de paz"
Misionero español de los hermanos de La Salle
Para una nación que sufre una grave crisis desde hace años, la visita es un símbolo. "El hecho de que venga el Papa, pues, trae como una idea de esperanza, de de paz", afirma Moreno, quien destaca la emoción con la que el pueblo libanés, al que considera muy religioso, ha recibido al Pontífice en las calles.
Una década de ayuda humanitaria
Moreno forma parte del proyecto Fratelli, una iniciativa que desde hace diez años atiende cada semana a más de 1.300 personas. "El 80 por 100 de la gente que ayudamos son refugiados sirios, también ayudamos a refugiados palestinos y a libaneses pobres", detalla sobre el proyecto.
Viven en una extrema pobreza"
Misionero español de los hermanos de La Salle
El centro social ofrece desde programas de alfabetización para niños y adultos hasta cursos de formación profesional de costura o electricidad, además de apoyo psicológico. Aunque algunos sirios han comenzado a regresar a su país, Moreno señala que muchos permanecen en el Líbano, donde "viven en una extrema pobreza".
Durante la guerra hace un año, el equipo del centro, formado por 60 libaneses, tuvo que cerrar las actividades normales, pero aun así permaneció en la zona.
Un país que levanta la cabeza
Desde que Guillermo Moreno llegó al Líbano hace cinco años, el país ha sufrido una depresión económica que bloqueó el dinero en los bancos, la pandemia de COVID y la devastadora explosión del puerto de Beirut, una serie de crisis que provocaron una fuerte emigración y dejaron al país en una "situación muy grave".
A pesar de todo, el misionero percibe signos de mejora. "El país está levantando poco a poco la cabeza", asegura. La reciente elección de un presidente y la reactivación de instituciones como la seguridad social han devuelto "más esperanza" a la gente, aunque la incertidumbre por el conflicto persiste: "La gente está un poco nerviosa porque dicen que va a volver la guerra".
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