"Yo no me imagino cometer un delito, huir a Bélgica y que la alcaldesa de Burgos venga a visitarme para "normalizar" mi situación, ¿y tú?"
Pilar García de la Granja analiza las claves que marcan la actualida de este miércoles, 3 de septiembre
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Este miércoles 3 de septiembre vivimos la resaca de dos decisiones políticas que nos afectan directamente. La primera es un misil en toda regla a la igualdad ante la ley de todos los españoles.
Yo no me imagino cometer un delito, huir a Bélgica y que la alcaldesa de Burgos venga a visitarme para “normalizar” mi situación, ¿y tú? Hombre, parece razonable que si has cometido un delito, te juzguen y ya veremos si eres culpable o no pero, si huyes, mal asunto. Y ya que te vayan a ver al extranjero para normalizarte...
Pues es tan anormal que, tras la reunión entre el presidente de la Generalidad, Salvador Illa, y el fugado de la justicia, Carles Puigdemont, no hubo declaraciones. Hubo foto, sí, pero nadie explicó una reunión que es inexplicable para cualquiera.
Y la segunda decisión política que nos afecta directamente es la igualdad frente a Hacienda.
En España, como sabes y hasta ahora, los impuestos los pagamos los ciudadanos, los contribuyentes y no los territorios, con la excepción del País Vasco y Navarra. La constitución española expresamente hace la diferencia con ambas regiones.
Paga el que más tiene y se ayuda al que más necesita
El resto, incluidos los catalanes, pagamos los impuestos a la caja común porque somos un país con un sistema de reparto en base a la solidaridad, es decir, paga el que más tiene y se ayuda al que más necesita. Y los ciudadanos votamos por los pies, ya lo dijo Bill Clinton en su enfrentamiento electoral con George Bush padre: !Es la economía idiota!
Pues eso, hay dos modelos de política económica; el modelo del gasto desmedido, de la deuda desenfrenada y de los impuestos altos, y el modelo del control de gasto, de los servicios públicos ajustados y de la eficiencia fiscal.
No termino de entender dónde está la gracia de votar a unos políticos que despilfarran y que no buscan la eficacia en la gestión y que, por exigencias de Moncloa, por la necesidad política de siete votos cuando has perdido las elecciones en las urnas, le tenga que pagar la deuda a aquellos que han votado a políticos manirrotos que han gestionado mal.
Y esto es la famosa condonación de la deuda, es decir, una mutualización pura y dura de las deudas de los que han votado a quien prefiere, por ejemplo, financiar flotillas reivindicativas o embajadas en el extranjero en vez de apostar por el crecimiento económico.
Y esta es la razón principal que une a los presidentes del Partido Popular frente al trilerismo monclovita: no todos los políticos son iguales, y los españoles votamos opciones políticas claras y diferenciables. Por cierto, que es la grandeza de la democracia.